El Mercado de las Atarazanas de Málaga, de 1879, constituye uno de los mejores ejemplos de la arquitectura industrial del vidrio y el acero que se realizó en España a finales del XIX para este tipo de edificios. Por su calidad arquitectónica está a la misma altura de otros mercados que, sin embargo, disfrutan de mayor reconociento, como puedan ser el Mercado de la Boquería en Barcelona o los mercados de Madrid y Valencia. La rehabilitación recientemente finalizada sin duda contribuirá a darlo a conocer, convirtiéndolo en breve en un referente turístico y ciudadano para la ciudad de Málaga.
El mercado de las Atarazanas, catalogado como Bien de Interés Cultural, máximo grado de protección, cerró en los primeros meses de 2008 para que se iniciara una profunda rehabilitación que devolviera el edificio a su estado primegenio. Para ello se contó con los arquitectos madrileños María José Aranguren y José Gonzalez Gallegos, cuyo proyecto de rehabilitación incidía en devolver al edificio su máxima diafanidad y transparencia. "El mercado es una caja de luz", afirman.
El Mercado de las Atarazanas consta de tres naves paralelas realizadas con estructura de acero. La mayor de ellas, la central, se destina a los puestos de pescadería, tan importantes en la ciudad. La puerta principal del mercado es una primitiva puerta islámica, del periodo nazarí, que en su momento fue desmontada y trasladada 25 metros para que su eje coincidiera con el eje de la nave central y desempeñar el papel de acceso principal. De la envolvente de acero y vidrio que cierra el edificio, destaca en la fachada norte una gran vidriera colocada posteriormente a la construcción del mercado. La vidriera aumenta la luminosidad interior, aportando el colorido de sus vidrios tintados.
Los trabajos de rehabilitación consistieron fundamentalmente en la restauración la estructura de acero, a la que se le eliminó el óxido y se trató para aumentar su resistencia contra el fuego, el derribo de una entreplanta añadida en la nave central, que recupera así la relación visual del ingreso por la puerta principal y la gran vidriera del fondo, y la sustitución de la solería existente. La vidriera necesitó ser temporalmente desmontada para la limpieza de años de suciedad acumulada.
Del conjunto de la rehabilitación destaca la restitución de las cubiertas con materiales similares a los originales, que fueron sustituidos a finales de los 70 por uralita. Las cubiertas de las naves laterales son de teja plana cerámica de color verde y anaranjado que dibujan un patrón geométrico que existía en el edificio original. La nave central, para aumentar la entrada de luz natural, se cubre con unas piezas de vidrio de cinco milímetros de espesor con un tratamiento especial para resistir el calor del verano.
En el interior se han dispuesto 260 puestos que cuentan con todas las intalaciones necesarias para la actividad comercial. Son de estructura metálica y paneles prefabricados de aluminio y piedra para facilitar su limpieza. Los paneles presentan colores vivos y el juego compositivo de los colores de los puestos aporta una nota estética contemporánea al propio interior del edificio, colorido por la vidriera. De esta forma se consigue, en palabra de María José Aranguren, "un gran contraste entre lo nuevo y lo antiguo para diferenciar lo que estaba y lo que se puede quitar en un futuro".
El conjunto de las obras han durado en total 26 meses, ascendiendo el coste total de la rehabilitación a los 12,6 millones de euros. La reapertura del mercado está prevista para el próximo 16 de abril.
El transcurso del proceso de la obra de rehabilitación puede ser consultado con bastante detalle en el blog Atarazanas.
Edificios: Mercado de las Atarazanas de Málaga
Ciudad: Málaga
Agentes: Aranguren & Gallegos Arquitectos
Agentes: José González Gallegos
Agentes: María José Aranguren