[Eva Rodicio] En el momento actual que esta viviendo la arquitectura, se apuesta por las rehabilitaciones y la recuperación de los principios y valores arquitectónicos como la conciencia social, la libertad, los espacios o el uso de la luz, sobre todo buscando que las personas estén cómodas en sus edificios. Se apuesta por la tecnología como herramienta fundamental pero no como máximo exponente de la forma final. Se recurre a la experiencia y al saber que esta otorga, y que en muchas ocasiones empezaba a quedarse atrás. Vuelve a “estar de moda” la arquitectura moral, el equilibrio, la mejora de la calidad de vida.
Reflejo de esta situación es el premio internacional Veteco/ Asafe (que reconoce la investigación e innovación en la carpintería exterior, así como su puesta en obra o la adecuación al entorno), en la categoría de rehabilitación, que se le otorgo la semana pasada al estudio santiagués Arrokabe, de los hermanos Óscar e Iván Andrés Quintala por su obra del centro de recursos para personas con discapacidad en Meledo (Silleda).
La obra está promovida por la Confederación Galega de Personas con Discapacidad (COGAMI), y consistió en la adaptación de conjunto de edificios tradicionales, que en su día constituían un centro de unidad de producción agrícola. El proyecto de Medelo, que destaca por la pieza central que une los dos inmuebles, que se trata de un cerramiento de vidrio y madera a modo de galería que persigue unificar todo el conjunto de inmuebles para que funcione como uno único.
Por otra parte, los arquitectos Elizabeth Abalo y Gonzalo Alonso consiguieron la mención de honor por la rehabilitación del hotel Moure, en la calle Loureiro del centro histórico compostelano.