El arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra ha resultado vencedor del concurso nacional, abierto y anónimo, para la redacción del proyecto arquitectónico y museográfico de la rehabilitación del Museo Arqueológico de Sevilla. El concurso, convocado por el Ministerio de Cultura, cuenta con un presupuesto de 33.461.375 euros.
Vázquez Consuegra se ha impuesto en esta ocasión a otros once estudios de arquitectura que también respondieron a la licitación de Cultura.
El Museo Arqueológico alberga algunas de las esculturas más importantes del legado romano en la antigua Híspalis y la vecina Itálica como el torso de Trajano divinizado o la Diana cazadora con perros que son las estrellas del museo. En la actualidad, se exhibe de manera temporal el tesoro del Carambolo con ocasión del cincuentenario de su hallazgo fortuito.
La intervención que propone Vázquez Consuegra supone "la oportunidad de poder mostrar satisfactoria y adecuadamente su espléndida colección, pero sobre todo de consolidar, restaurar y eliminar añadidos indeseados, abrir el edificio al entorno del parque de María Luisa y resolver finalmente los problemas funcionales".
Los elementos más trascendentes de la remodelación, tienen que ver con el entorno urbano donde está ubicado el edificio. En primer lugar, Vázquez Consuegra proyecta en la fachada posterior del inmueble un nuevo sistema de comunicación vertical (ascensores y escaleras), ligero y acristalado, que permite sacar todos estos elementos del edificio actual y conectar entre sí las distinta plantas.
Sobre esta arriesgada decisión se construye el resto del proyecto, cuya característica más notable es su vocación de apertura hacia el exterior. La gran aportación del nuevo museo tiene que ver con la idea de Vázquez Consuegra de intentar que el edificio de Aníbal González, cegado en casi todo su perímetro, se convierta en un objeto transparente. Todas las logias que recorren el edificio en sus cuatro fachadas, algunas de ellas cegadas con cerramientos opacos, se abrirán al paisaje circundante, si bien protegidas por cerramientos de vidrio transparente, dotados con sistemas de atenuación y control de la luz natural. Ello permitirá una relación fluida entre interior y exterior en un museo que, por las características de su colección permanente, así parece aconsejarlo.
Otros elementos de la reforma tienen que ver con el funcionamiento interior del inmueble. El proyecto se desarrollará sobre su eje central, rescatando el vestíbulo principal (conocido como el óvalo) como elemento vertebrador de la propuesta.
Vázquez Consuegra introduce en el óvalo dos pasarelas curvadas y abre nuevos vanos en el interior del vestíbulo, incluida la puerta central, tradicionalmente cerrada. Intervenir en el eje central, tanto en horizontal como en vertical, cobra un significado profundo al formar parte del proceso histórico que ha dado como resultado, en esta superposición de estratos, los más hermosos edificios de la historia de la arquitectura.
En los niveles correspondientes a las plantas baja y alta, las operaciones más significativas afectan a la sustitución de los forjados por otros acordes a los nuevos requerimientos. A destacar los correspondientes a la planta alta donde las grandes luces se cubren con vigas de cuelgue que dibujan relieves y texturas que al tiempo que resuelven problemas técnicos de iluminación y climatización cualifican y enriquecen el espacio interior.
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