ER Arquitectos han presentado el proyecto para la sede del CIEDA-CIEMAT (Centro Internacional de Estudios de Derecho Ambiental) en la antigua escuela Taller «Duques de Soria», en Soria.
15 de septiembre de 2010

Tras la deliberación del concurso público fallado en enero, el equipo de arquitectos andaluces formado por Antonio Estepa Rubio y Jesús Estepa Rubio, ha presentado el proyecto básico después de varios meses de trabajo en equipo con los miembros de CIEMAT y con los técnicos municipales del Ayuntamiento de Soria.

El edificio se sitúa en el Paseo de San Prudencio, a los pies del parador de turismo de la ciudad y en contacto visual directo con el puente de hierro (antigua ruta ferroviaria) y el cauce del río Duero. El enclave en donde se desarrolla la propuesta es de vital importancia para la ciudad, ya que esta zona, ocupada por antiguos edificios industriales, está siendo transformada mediante un interesante plan por reactivar los márgenes del río Duero y convertirlos en una dotación cultutal para el disfrute de la ciudad. En esta zona, se plantea una actuación a pequeña escala de rehabilitación de cada uno de los edificios, sensible con un patrimonio industrial que, sin ser de un valor excepcional, adquiere en su conjunto, unas envidiables cualidades paisajísticas. Entre los edificios ya transformados, cabe citar el Ecocentro (en la antigua "Casa del Carbonero") o el Museo del Agua (en el antiguo lavadero de lanas y elevador de agua).

El proyecto para la sede del CIEDA, se ubica así, en la antigua escuela taller "Duques de Soria" y trabaja de un modo singular el concepto de continencia, buscando la generación de una sucesión espacial cambiante que nace de la sección transversal del propio edificio. Los arquitectos han querido resaltar que la pretensión proyectual que persiguen, además de enrolarse en luchas de complejidad espacial y de percepción sensorial, hace especial hincapié en el factor económico, pues defienden la tesis de procedimientos de construcción sencillos, que limiten los costes indirectos y que propicien la posibilidad de participación en la ejecución de empresas locales.

Como Sede del Centro Internacional de Estudio del Derecho Ambiental, el edificio busca ser un icono en lo que se pueda referir a su relación bioclimática con su entorno más inmediato. Es por esto por lo que se propone la calificación energética A para este nuevo edificio, que contará con una caldera de biomasa de última generación como corazón térmico, para un espacio que habrá de soportar temperaturas extremas durante el invierno.

El equipo de arquitectos ha contestado al cuestionario Scalae:

Proceso: ¿Qué condiciones consideráis favorables para que el proyecto se desarrolle de acuerdo a lo previsto?
Es evidente que la condición principal que posibilitará el desarrollo favorable del proyecto es el trabajo que se ha desarrollado en sesiones semanales con los técnicos municipales del Excelentísimo Ayuntamiento de Soria, así como la predisposición política por parte de la corporación municipal y por parte de CIEMAT, para albergar definitivamente la sede del CIEDA (Centro Internacional de Estudios de Derecho Ambiental) en Soria, tal y como se desprende del convenio de colaboración que en su día firmaron ambas administraciones.
A nivel arquitectónico, la favorabilidad se desprende de la sencillez del proyecto y de la lógica constructiva que se persigue, puesto que ha sido primordial en el desarrollo del mismo la valoración de la continencia, por un lado desde el punto de vista puramente económico, y por otro lado desde la perspectiva de la limpieza espacial y por supuesto de los procedimientos de ejecución material.

Resultado: ¿Cuáles pensáis que son las principales capacidades transformadoras de la propuesta?
A todas luces se vislumbra que la intervención vuelve a poner en valor y en uso uno de los edificios más característicos de la ciudad de Soria, no solamente por encontrarse en el enclave urbanístico tan singular, sino además por la propia memoria histórica del inmueble, puesto que en el pasado, fue escuela taller y lavadero de la lana.
El edificio preserva totalmente su aspecto cotidiano y se transforma en una cáscara vacía, que para poder acomodar dentro de sí a la sede del CIEDA-CIEMAT, moldea sus entrañas y vacía su corazón con la intención de construir una simulación de ingravidez en la que se contendrá el programa funcional de la propuesta.

Breve memoria del proyecto: 

A veces resulta complicado pensar en la arquitectura como algo puramente estático; la inercia con la que vivimos y el empuje de la sociedad de consumo, nos guía inexorablemente a la alteración, al cambio y al contubernio.

Por desgracia, muchos de los modelos arquitectónicos que se venden en la actualidad como contemporáneos se disipan demasiado en el entendimiento del espacio como realidad física, y se confía en exceso en las adiciones epidérmicas y en las añadiduras tecnológicas como único recurso, lo cual supone lamento y frustración cuando las condiciones de contorno de los problemas reales de la arquitectura se ponen de manifiesto.

Como la piedra cincelada, como el polvo modelado, presentamos un ejercicio de consagración evidente del espacio. El proyecto es sobre todo eso, no hay mucho más, pues no se pretenden retorcidas elucubraciones vacuas. Espacio, espacio estático, espa
cio tallado y trabajado con precisión y pulcritud, funcional, conciso y con una enorme capacidad flexible para albergar el cambio, pero esencialmente, espacio, espacio y espacio.

Si bien, si que se juega con cierta ambigüedad intelectual, pues no nos interesa lo que se pueda percibir a un solo golpe de vista, no se trata de esto, en tanto que cuando hablamos del espacio, nos referimos a lo que es contenido, nunca al continente. Este ejercicio de trabajo de artesano relojero, de minucioso analista de las alteraciones visuales y de recorridos, no va referenciado a los llenos que hay que incorporar por necesidades evidentes de programa, sino que se dedica a lo que queda en los intersticios, en lo que viene en medio y que vertebra verticalmente al edificio.

Cáscara de nuez, habitáculo ergonómico, en donde lo que importa precisamente es lo que se aloja, esto es, un caño de luz derramada que reconstruye el espacio que con anterioridad hemos vaciado. La nuez se acopla a su cáscara con un grado de exactitud tan soberano que no cabe más de una cascara para cada una de las nueces. Así pues el proyecto no puede albergar más de lo que alberga, pero por otro lado no puede dejar de hacerlo, pues su inquilino natural se habrá de percibir concretamente desde el nivel más bajo, desde el nivel en el cual gravita sobre nuestras cabezas, a la misma vez que necesariamente se entrelaza con el programa funcional del edificio y se pone en evidencia por la luz robada de la bóveda celeste.

 

País: España
Ciudad: Soria
Agentes: ER Arquitectos
Edificios: Sede del CIEDA en Soria
Autoría de la imagen: ER Arquitectos
Agentes: Antonio Estepa Rubio
Agentes: Jesús Estepa Rubio