Principios y procesos de una situación plural
Sobre el huelgo de las cosas, que ancho y generoso es, pero no siempre permite relacionarlo todo (o casi todo)
La intención para estas líneas de hoy era abordar una pequeña disquisición sobre la huelga de mañana. Huelga decir.
Aunque en realidad, lo que nos apetecía era establecer algún tipo de (imposible) paralelo entre (uno) el libro "Tiempos que fueron" que hace unos días presentaba Oscar Tusquets en el que mediante un intercambio de emails con su hermana mayor ajusta(n mutuamente) cuentas sobre los temas nunca resueltos de la (sus) adolescencia(s) (aristocrática) y donde dice sobre lo que no se suele decir hasta donde un, afortunado para los lectores, holgado sentido de la decencia decible le permite, que no es poco ni escaso; (dos) la convocatoria del Congreso de la Fundación Arquitectura y Sociedad sobre "Lo común: lo cotidiano, lo colectivo" que, de algún modo, ofrece calentar la discusión internacional que en otoño ha de explotar en la Biennale y -esperamos- explorar aquellas arquitecturas atentas tanto a la transversalidad cultural y técnica como a la ratificación de la necesidad de que alguien (¿arquitecto?) sepa como se construye y administra (sensatamente) la arquitectura para que (otros "alguien") puedan resolver los compromisos y necesidades colectivos e individuales que se resuelven mediante la arquitectura, todo ello de manera habitable, elástica en sus permeabilidades vitales, con compromiso plástico, pero sobre todo -al caso- transmisible, enseñable, reseñable, (¿decente?); y (tres) la apertura de la web Archleaks España, una trepidante iniciativa que dando cuenta de "lo que está sucediendo dentro de los estudios" pinta que satisfará tanto la necesidad de información para quienes optan a un trabajo en los estudios profesionales (lo que se paga, cómo se trabaja, qué recursos se usan…) como los comentarios en corrillos sobre lo (a veces) indecente de las derivas y periferia sentimental de (algunos) arquitectos y arquitectas españoles. Asuntos todos ellos (tres) necesarios, con la discusión sobre lo decente (aquello que se puede o sabe decir) por debajo pero… lo dicho, nos rendimos, aunque, para no dejarlo todo del todo, comentamos que (volviendo a cero, la huelga) nuestra intención inicial era la de promover una pequeña encuesta entre (diferentes arquetipos) de arquitectos sobre sus previsiones para mañana jueves.
La apatía, no indiferente sino incrédula, para con el asunto político-social que nos devuelven las diez primeras llamadas de encuesta a estudios españoles y la intensidad de las noticias recibidas hoy nos desbordan, así que nos conformaremos (por esta vez) con (documentar) dar cuenta de las reflexiones (dudas, en realidad) que leíamos en el blog Intrusiones hace ya año y medio con ocasión de la convocatoria de la anterior huelga (por idéntico motivo).
Y es que hoy se ha sabido (públicamente) el nombramiento de Alejandro Zaera como Dean de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Princeton, que es noticia excelente donde las haya y que se suma (en una tendencia estupenda) al reciente nombramiento, en su caso como "Chair of the Department of Architecture", de Iñaky Alday en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Virginia. Cada uno a su manera, con las (naturales) diferencias que a cada cual otorgan su sentido de la oportunidad, lo que la vida le ha puesto por delante, la escuela y ciudad en la que estudió y su propia manera de ser, poco se puede discutir que Zaera y Alday personifican en sus nombramientos y en los objetivos que se intuyen detrás de tales nombramientos (actualización de agenda y plan docente) un tipo de profesional (el español) que tanto en sus mas notorios ejemplares urbanos como en los que pelean día a día en resolver las mas nimias necesidades rurales corresponden como guante en mano a la demanda de Stan Allen (actual Dean en Princeton) para su relevo: "personifica exactamente la mezcla de experiencia (técnica y de diseño) en proyectos sofisticados y la perspicacia (organizativa y relacional) intelectual que los arquitectos necesitan actualmente". Los paréntesis son nuestros, si.
Así que la buena noticia es, pensamos, la frase de Allen definiendo a Zaera y con él, al "arquitecto español". De hecho, como si Jordi Ludevid hubiese tomado nota anticipada de esta tendencia -es algo seguro-, esta misma semana se ha sabido de la iniciativa del CSCAE en promover diversos manuales orientados a extender y ratificar las competencias características de los arquitectos para mediante la "certificación procedimental, asegurar el acceso y el posicionamiento de los arquitectos españoles en los concursos internacionales".
Porque, léanse las referencias incluidas en la noticia, lo que Zaera ha ganado es un concurso de arquitectura, se mire como se mire, identificando que la "exportación internacional" de profesionales no sólo debe entenderse -cuando hablamos de arquitectos- relacionada con las tareas estrictas de "obra, urbanismo y edificación" sino, cuando menos recordando la terna objetiva aprendida vía Mansilla+Tuñón de Moneo, también en lo que tiene que ver con "enseñar" (proyectar lo propio hacia los demás, lo ajeno) y "escribir" (investigar: proyectar lo ajeno hacia el pensamiento personal). Es decir, y para el caso: incorporarse como personal dirigente, docente o investigador en la discusión internacional.
Dos cosas, entonces, al respecto de lo anterior: una para Alejandro, ¿Pagan bien…? no sea que luego no salgan las cuentas ("wonder how you manage to make ends meet…", no olvidar a Lady Madona, la canción beat) y haya que dejarlo, y (la otra) a todos l@s demás… ¿qué tal andamos de inglés?. Huelga decir… más.