[scalae] Siendo específico, Allen ha aclarado : "estoy encantado con la selección; Alejandro personifica exactamente la mezcla de experiencia en proyectos sofisticados y la perspicacia intelectual que los arquitectos necesitan actualmente. Eso mismo le equipa para conducir una escuela como la de Princeton que tiene una larga historia tanto en innovación de proyecto como en investigación crítica" tal y como se recoge en AN Blog.
El nombramiento ha sido el resultado de un año de deliberaciones por un comité dirigido por Elizabeth Diller, tras el anuncio de Stan Allen en el pasado otoño de su intención de dejar el cargo al finalizar el actual curso escolar.
Tal y como cabe esperar tras un proceso largo en el que se han valorado personas diferentes para el relevo, principalmente personas ya vinculadas como profesorado a la universidad de Princeton, como es el caso del propio Zaera, el campus acoge hoy corrillos de discusión sobre el nombramiento. De hecho hace apenas unas horas que la Universidad ha hecho oficial el relevo y "The Daily Princetonian" ya ha colgado un artículo dando cuenta del "chisporroteo de controversia" entre (algunos) estudiantes y (algunos) docentes de la facultad.
Por su parte, el arquitecto español ha avanzado su satisfacción por "obtener la confianza para dirigir la Escuela de Arquitectura y sumarse a la comunidad de Princeton, que atesora la tradición del liderazgo intelectual y el trabajo experiemental transversal entre campos diferentes, que espero cultivar durante mi permanencia en la escuela". Alejandro Zaera, con estas palabras, avanza de alguna manera un modo de hacer y pensar que será ilusionante para muchos y, no cabe duda, una amenaza para otros en la medida en que la lógica que se intuye apunta a movimientos en la estructura de profesorado, en especial los invitados, y también en el propio plan docente de la escuela.
Desde Scalae queremos celebrar la persistencia de las universidades internacionales en ofrecer a arquitectos españoles como Alejandro Zaera, o recientemente Iñaki Alday en la Universidad de Virginia, su aportación a la renovación en los modos de enseñanza de unos estudios que si por algo se caracterizan es por la necesidad de su constante actualización dada la tradicional sincronía técnica e intelectual requerida a quienes participan en dar forma mediante la ciudad y la edificación a su propia sociedad, la manera de vivir y entender la vida de sus contemporáneos. No se entendería bien este tipo de noticias si la intención fuese la contraria: de persistencia de modelos anteriores, incluso los mas prestigiados. Damos entonces la enhorabuena a Zaera, y a la comunidad de Princeton.
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