En enero del 2010 la Xunta convocaba un concurso de ideas para el diseño, en calidad de anteproyecto, de la reforma del antiguo cuartel de San Fernando para transformarlo en el centro de interpretación y museo de la romanización de Galicia, después de que se frustrara el intento de convertirlo en el nuevo auditorio de Lugo.
La administración convocante destinaba 70.000 euros a los premios del citado certamen, que se distribuía de la siguiente manera: primero, 50.000 euros; segundo, 10.000; tercero, 5.000 euros. Habrá accésits hasta un total de 2.500 euros.
De acuerdo con las bases, la propuesta de restauración podía ser valorada con hasta 30 puntos. Se tenía en consideración la propuesta en relación con la naturaleza del edificio, su historia, estado de conservación y la integración de los nuevos espacios. Además también eran más puntuados aquellos anteproyectos con un mayor respeto de los sistemas constructivos y de diseño originales.
La propuesta se basa en el análisis detallado de lo existente para restaurarlo, tratarlo o sustituirlo, con el mayor rigor posible. La actuación en el edificio histórico es muy respetuosa, con actuaciones nada agresivas, encaminadas a valorizar lo ya existente.
Es en el diseño de los espacios exteriores, en la pavimentación, mobiliario, arbolado e iluminación, hacia donde se encaminan los mayores esfuerzos creativos.
El concurso que convocaba más de 70 propuestas, de entre las que se elegían los siguientes ganadores:
Primer premio: Perseo, de Pedro Colón de Carvajal Solís y Raquel Buj García.
Segundo Premio: Ianus, de Jacobo Bouzada Jaureguízar y Jesús Sanz Castro
Tercer Premio: Zócalo, del estudio Hago S.L
Primer Accesit: Pasadera, de Luis de la Rica Castedo
Segundo Accesit: Cittá Aperta, de Felipe Peña Pereda.
Extracto de la memoria del estudio ganador
“Su patio constituye, sin duda alguna, el más importante de todos ellos, de ahí la apuesta por convertirlo en corazón del proyecto. En planta baja, se desarrollan las salas de exposiciones y demás usos públicos, mientras que los niveles superiores se destinan a programas restringidos como administración, dirección y laboratorios.
…Un museo busca espacios de gran altura para que la obra expuesta respire y pueda transmitir su valor. Un museo pide luz natural cenital para dignificar la obra expuesta, bañando los arcos, los muros y las vigas que estructuran su arquitectura. Con estas premisas se ha adaptado respetuosamente el espacio existente, garantizando su lectura y conservación.
La parte trasera del cuartel constituye una herida entre la ciudad y el edificio, por ello se va a aprovechar el desnivel existente para generar un espacio público en pendiente conectando el Museo con la calle. Bajo dicho plano urbano van a aparecer el auditorio y las salas polivalentes, programas con mayor independencia respecto al Museo. El proyecto, además de resolver el programa mediante el esquema bipolar Museo-Centro de Interpretación, regala a la ciudad espacio público.”
El edificio cuenta con dos plantas y un espacio bajo cubierta, en total unos 4.250 metros cuadrados construidos. Esa superficie se dividirá para contar con 900 metros cuadrados dedicados a exposiciones permanentes y 270 a muestras temporales. El nuevo centro también dispondrá de más de 1.000 metros cuadrados para archivos y depósitos. Además tendrá una sala de usos múltiples, un auditorio con capacidad para cien personas, una biblioteca, una tienda y cafetería con restaurante.
Cuartel de San Fernando
El Cuartel de San Fernando o de los inválidos de Lugo es un edificio neoclásico que comenzó a construirse en 1779, cuando el rey Carlos III decidió erigir en Lugo un cuartel destinado a atender a los inválidos del ejército.
El cuartel se encuentra dentro del recinto murado de la ciudad de Lugo, en las inmediaciones de la puerta de la muralla llamada de San Fernando. El proyecto inicial es de Bartolomé de Amphoux, y en él el edificio se organizaba en torno a dos patios separados mediante el pabellón destinado a los soldados de infantería. En la actualidad al no existe ese pabellón central los dos patios se encuentran unidos, presentando el edificio una planta rectangular muy poco frecuente en edificios de estas características.
El edificio cuenta con dos plantas y un espacio bajo caparazón. La obra destaca por la sencillez y la funcionalidad, evitando todo ornato que había podido resultar superfluo. Después de 225 años, el Cuartel de los Inválidos de San Fernando, único acuartelamiento construido en la ciudad en la época ilustrada, conserva sus estructuras y organización espacial, de manera qu
e constituye un ejemplar de extraordinaria importancia de la arquitectura neoclásica civil en Galicia.
Destaca la singularidad constructiva y tecnológica que representa el sistema estructural de los armazones de madera que soportan los pisos horizontales y los faldones de caparazón, así como el enorme volumen de material que fue preciso utilizar para su construcción. La luz, sección y el material empleado, hacen que en la actualidad esta solución sea de muy difícil reposición, sino imposible, el que aumenta su valor histórico y cultural.