“Urbanismo participativo”, una idea que nació en la cultura anglosajona sobre el año 1950. Los estudiantes de grandes ciudades como Chicago, se daban cuenta del daño que hacía el crecimiento especulativo en la degradación y vida pública. El fenómeno se extendía a todo Estados Unidos, y posteriormente a Europa. En España, a ciudades como Barcelona que siempre han seguido este tipo de movimientos, y ahora se materializa en La Coruña (Galicia). El objetivo es que el habitante busque sus propios espacios funcionales, para así implicarlos en su mantenimiento y conservación.
Se pretende que las intervenciones en las ciudades, se hagan desde un punto de vista participativo, responsable, y sostenible (término muy usado, y condicionante últimamente). Un urbanismo construido por el ciudadano, adaptándolo a sus ideas y necesidades. Un urbanismo que pasa de ser racional a ser participativo. Esta vez, han sido el colectivo de estudiantes de la Escuela de Arquitectura de La Coruña,
Ergosfera, o el estudio de arquitectos
Desescribir, los que reivindican que la ciudad es de los ciudadanos, y que la Arquitectura genera más inquietudes de las que se producen solo en las aulas.
En el 2009, cuando el COAG, realiza un estudio para analizar las necesidades de los barrios herculinos, surge ‘A cidade dos barrios’, un proyecto que por primera vez abordaba el tema del urbanismo participativo. Este, fue el punto de partida. A partir de aquí se escucharon las opiniones y propuestas de los vecinos para que pudiesen interactuar. Un ejemplo fue la plataforma metálica que construyó el grupo en Monte Alto para que las asociaciones dispusiesen "de un espacio público de comunicación al igual que empresas privadas", como comenta Iago Carro, representante de Ergosfera.
Surgieron otros proyectos, como ‘Sentados’, bancos hechos con materiales reciclados o la llamada ‘Chiringoplaza’, este ya realizado desde Ergosfera. También “Desescribir”, toma este camino, y trabaja en el barrio do “Portiño” para sanear una zona de chabolas. Han conseguido sanear el entorno y las zonas verdes, delimitar los espacios para los niños con ruedas pintadas por ellos mismos y condicionar la escalinata al centro social, lugar de encuentro de los vecinos.
Para los miembros de Desescribir, Xiao Varela, José Manuel Sánchez y Jesús Carrazoni, el problema del desarraigo con respecto al entorno público es algo generalizado en Galicia. Bien por el clima, o el peso del mundo rural o la falta de cultura urbana los espacios públicos no se usan tanto como en otras partes de España. Lo mismo piensa “Ergoesfera”, que con actuaciones sencillas, como colocar bancos en solares olvidados, ruedas de camión en rincones infrautilizados o juegos infantiles en espacios comunes donde no había nada para los niños, consiguen que la ciudad vuelva a vivir.