La puesta en marcha del Plan Director de Turismo de la Región de Murcia persigue potenciar a la Región de Murcia como destino turístico atractivo, diferenciado y de calidad, mediante estrategias inspiradas en la sostenibilidad capaces de reconciliar la rentabilidad económica con la conservación del patrimonio cultural, natural e histórico.
El proyecto, asume este reto literalmente, y su implantación, modelo de explotación y mantenimiento, responde al entorno agrario en el que se inserta bebiendo de los valores y condicionantes naturales, ambientales y culturales que allí se manifiestan..
A tan solo unos cuatro kilómetros del futuro aeropuerto de Corvera el proyecto, promovido por Grupo Nossa, se constituye como una nueva tipología hotelera que, por su singularidad, responde a la diversificación de tipologías que pretende el Plan, como alternativa al turismo modelo sol y playa con las consecuencias de masificación y alta estacional que conlleva. Con su implantación bajo tierra, se persiguen dos metas; generar un impacto visual nulo en el entorno y minimizar el gasto de energía aprovechando la masa térmica del subsuelo. En este sentido, se considera vital el aprovechamiento de los recursos naturales renovables del agua de lluvia y la energía para su funcionamiento y mantenimiento, mediante la proyectación de más de tres mil metros de cubierta de captación de agua de lluvia que tras un posterior tratamiento será dedicada a usos como limpieza, riego, cisternas, baños, etc. Asimismo, se prevé la instalación de placas solares fotovoltaicas para la electricidad y paneles térmicos para el agua caliente que unida a la intención de ofrecer alimentación agroecológica, con productos cultivados en las huertas del edificio y servidos directamente a la mesa, contribuyen a cerrar el ciclo natural de aprovechamiento de recursos que el medio proporciona y brindando la oportunidad al visitante de saborear el resultado de siglos de tradición y desarrollo de una de las actividades productivas por excelencia de la economía murciana.
Las 72 habitaciones tendrán el techo de cristal para aprovechar la luz, al igual que dos de las paredes que darán a la zona de huerto y a un patio interior; otra de las paredes será de la misma tierra en la que el hotel está excavado.
Los huertos se repartirán en una extensión de mil metros cuadrados y proveerán, además, de productos frescos al restaurante del hotel con capacidad para 150 personas. Los clientes también podrán hacer uso de un enorme spa de 1.800 metros cuadrados y de un salón de convenciones.
[Texto basado en la memoria del proyecto del estudio de Rafael de Giles]