“Superilles”, el nuevo modelo de Supermanzana que el Ayuntamiento de Barcelona pretende implantar en el Ensanche, levanta opiniones encontradas.

14 de julio de 2022

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Interiores ajardinados en dos manzanas del Ensanche de Barcelona, proyectadas por la Sociedad Fomento del Ensanche de Barcelona, dirigida por Cerdá (hacia 1860).

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Ensanche para Barcelona. Sección Transversal viaria tipo. Ildefonso Cerdá, 1859

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Proyecto de Ensanche para Barcelona. Ildefonso Cerdá. Viario: detalle, 1859

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[Jesús tejada, scalae]

Entre el Urbanismo táctico y la estructura de la ciudad.

La Barcelona ideada por Ildefonso Cerdá, cuyo exponente icónico fue el Ensanche de la Ciudad (1859), estaba inspirada en criterios higienistas. «Urbanizar el campo, ruralizar la ciudad», era una de las bases de la «Teoría General de la Urbanización» del insigne autor del Proyecto. Y tanto el profuso arbolado que proponía para el viario como los espacios libres previstos en el interior de las manzanas originarias, eran una buena muestra de la puesta en práctica de sus teorías. [1]

El posterior proceso de enorme densificación de aquellas manzanas vino a cambiar las cosas. Pero quedó la herencia impresionante de su trama ortogonal reticular con esquinas achaflanadas, que hasta ahora ha venido soportando unos niveles de tránsito muy superiores a los que, en tiempos de Cerdá, se pudieran ni siquiera imaginar.

Aunque tal concepto es discutido por algunos, podemos decir que, en general, la del Eixample es una trama urbana isótropa, puesto que, salvo las vías singulares (Diagonal, Gran Vía, etc.), todas las calles son prácticamente iguales. En cualquier ciudad, las calles “de trama”, carentes de singularidades, tienen como misión fundamental –y a veces hasta exclusiva- la de servir de canales de circulación y acceso. Pues bien: el potente artefacto viario creado por el ingeniero Cerdá para Barcelona ha venido cumpliendo perfectamente con el desarrollo de dicha función, a lo largo de más de 150 años. En realidad, desde su concepción, esta malla viaria fue la auténtica alma de la ordenación. Constituye su verdadera esencia, además de su «figura» más característica. Y ahí sigue inmutable. Mientras que las propias manzanas, que no serían sino su «negativo visual», su «fondo», han sufrido en su interior esas densificaciones profundas a las que me refería que, de no haber sido por la eficiencia del viario, habrían sido imposibles de soportar. En este sentido y salvando las distancias de todo tipo, el Eixample de Cerdá ha funcionado como la Manhattan del “Plan de los “Comisionados” (1807-1811), dibujado por el topógrafo Randel y rediseñado por Willian Bridges. Y ello, no tanto desde el punto de vista formal sino conceptual y -principalmente- funcional. [2]

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Proyecto de Ensanche para Barcelona. Ildefonso Cerdá. Planta General, 1859

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Nueva York, Plan de los Comisionados” para Manhattan. Randel y Bridges. 1807-1811

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Ciertamente, desde el actual enfoque urbano de la movilidad sostenible -y a pesar de su demostrada eficiencia para soportar tanto tráfico motorizado que se reparte homogéneamente por vías de similares características- la contaminación ambiental, principalmente en forma de indeseables emisiones gaseosas y sonoras, es notable. Y, por otra parte, las nuevas incertidumbres surgidas respecto del proceso de sustitución de motores de explosión a base de combustibles fósiles no parecen augurar -contra lo que se preveía- que tan insalubres molestias vayan desaparecer; al menos, a muy corto plazo. Tampoco es ajena a esta preocupación, la necesidad de un proceso de “repensamiento” de la ciudad por razones higiénico-sanitarias que se ha puesto de manifiesto con motivo de la pandemia del Covid-19. Y, también, para la protección frente al aceleramiento del Cambio Climático. Así, para Xavier Matilla, Arquitecto Jefe del Ayuntamiento de Barcelona, la crisis sanitaria “ha sido la constatación de la necesidad de cambiar el paradigma y el modelo de espacio público que tenemos en Barcelona y en general en todas las ciudades”.[3]

Esto ha provocado que, ya desde antiguo, hayan ido surgiendo propuestas para generar «islas» más o menos peatonales, constituidas por varias manzanas, de modo que el tráfico rodado de paso se distribuya por determinadas calles en exclusiva, quedando restringido o prohibido en otras, con el objeto de ganar en éstas espacios para el paseo peatonal y la estancia, en condiciones medioambientales más favorables; y eso, en cada dirección. Se ha hablado de islas constituidas por la agrupación de distintos números de manzanas: cuatro, seis… Incluso más grandes, agrupando hasta nueve, como plantea el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Barcelona, dirigido por Salvador Rueda, en su misión al frente de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona).[4]

Como referente histórico de las supermanzanas, es obligado recordar el Plan de Le Corbusier y el GATCPAC (rama catalana del GATEPAC, Grupo de Artistas y Técnicos Españoles Para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), allá en la década de los treinta del pasado siglo; si bien aquel Plan, conocido como Plan Maciá”, iba en realidad mucho más lejos.[5]

 

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Barcelona, Plan Maciá. Detalle en Planta, Supermanzanas y sus bloques “à redents”.
Le Corbusier y GATCPAC, 1932-1935

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Barcelona, Plan Maciá. -Le Corbusier y GATCPAC, 1932-1935. Vista desde el Mar.

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El actual proyecto de las “Supermanzanas” o “Superilles” para el Eixample Barcelonés, en línea con la propuesta del PMUS, planea transformar en ejes verdes una de cada tres calles en cada dirección, lo que supone un total de 21 de las ideadas por Ildefonso Cerdà. Y también sus correspondientes intersecciones achaflanadas, generando en ellas un total de 21 plazas. El resultado del diseño de este primer conjunto de calles es fruto de un concurso internacional de arquitectos que ganó la cooperativa de arquitectas Cierto Estudio. [6]

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Proyecto Superilles. Plano General. Ayuntamiento de Barcelona. 2021

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A pesar de que el sistema de rondas surgidas con motivo de la intensa transformación urbana producida con ocasión de los Juegos Olímpicos de 1992 ha liberado mucho tráfico en el interior del Eixample, éste sigue siendo intenso. Y, si históricamente ha funcionado bien, repartido homogéneamente por las distintas calles que conforman su malla viaria, uno de los inconvenientes de romper con esta distribución homogénea de tráficos puede ser la discriminación -tanto para bien como para mal- que, en lo concerniente al tráfico rodado, puede llegar a darse entre tramos viarios de iguales o similares características. Voces autorizadas, como la del siempre incisivo Óscar Tusquets, ya se han pronunciado desde hace tiempo en este sentido.[7] Pero las críticas de Tusquets no son las únicas: el plan sigue siendo objeto de abierta polémica. Como señala Clara Blanchar en una de sus numerosas crónicas sobre el tema publicadas en el diario El País, el proyecto ha provocado el rechazo de comerciantes, de la patronal catalana (Fomento del Trabajo) y del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña). En líneas generales, estos sectores auguran un impacto negativo en la actividad económica y un aumento de la contaminación en las calles paralelas.[8] Pero no sólo éstas -que, siendo legítimas, pudieran ser interesadas- son las opiniones críticas que se alzan respecto del plan municipal: el debate se ha extendido ampliamente en los ámbitos profesional, social y ciudadano. Y también en el político, siendo quizás el más llamativo el producido en el seno del propio Gobierno Municipal. Pues, siendo uno de los proyectos estrella de la Alcaldesa Ada Colau y su grupo ECP, ha encontrado serias objeciones en su socio de Gobierno, el PSC, encabezado por el Primer Teniente de Alcalde, Jaume Collboni.[9] Los vecinos, por su parte, piden medidas para que la mejora de las calles no provoque gentrificación. Esto es: subida de precios de locales y viviendas y, como consecuencia, expulsión de vecinos y comercio local.

Sea como fuere, y por su indudable trascendencia, el tema viene teniendo desde hace tiempo amplio reflejo en los medios de comunicación, incluso en la prensa generalista. Pero ha sido su aparición en un conocido portal inmobiliario la novedad que me ha animado a escribir estas líneas. Ya sabemos que toda actuación urbanística tiene su trasfondo, o cuando menos sus consecuencias, desde el punto de vista inmobiliario. Y, sin duda es por ello que temas como la posible revalorización de determinadas calles o de tramos de ellas (y los posibles procesos de gentrificación consiguientes contra los que, como ya se ha citado, apelan algunas asociaciones vecinales), o la repercusión –más o menos positiva o negativa- sobre el comercio que pueda tener el cambio de las condiciones de movilidad urbana, interesan al Sector. Así, el portal inmobiliario Idealista.com, haciéndose eco a su vez de un artículo de El Periódico, ha publicado recientemente la noticia del comienzo de las obras que, después de una primera fase experimental, el Ayuntamiento prevé para este mes de julio de 2022.[9]

En definitiva, nos encontramos ante un plan en el que concurre un innumerable número de factores que afectan a la esencia propia de un auténtico hito de la producción urbanística mundial, como fue el ensanche barcelonés, que, en sí mismo, fue el primer producto del Urbanismo Moderno, a cuya formación como teoría científica contribuyó, de manera absolutamente protagonista, su propio creador, el gran Cerdá. Motivo éste más que suficiente para que se siga profundizando en el debate. Sin olvidar que tácticas urbanas que, pudiendo ser más o menos acertadas, respondan puntualmente a determinadas coyunturas históricas, sociales y políticas, no deberían hacernos perder las esencias del conjunto y de las partes de la Ciudad. Pero, por otro lado, teniendo en cuenta que la Ciudad es un ser cambiante, reflejo de los consensos que sus pobladores, sus ciudadanos, alcanzan a lo largo de la Historia y que se plasman en cada paradigma urbano. Pues, como bien dijo Mumford, «La ciudad es, a la vez, una herramienta física de la vida colectiva y un símbolo de los objetivos y acuerdos colectivos que aparecen en tales circunstancias favorables. Junto con el idioma, es la mayor obra de arte del hombre.» [10]

Jesús-Ramón Tejada Villaverde
doctor arquitecto
julio de 2022

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Proyecto Superilles. Calle y plazas pacificadas. Planta. Ayuntamiento de Barcelona, 2021

IMAGEN 10.-
Proyecto Superilles. Calle y plazas pacificadas. Perspectiva. Ayuntamiento de Barcelona, 2021

Agentes: Jesús Tejada
Imágenes: aportadas por el autor, archivo Ajuntament de Barcelona, archivo COAC