Se trata de una oportunidad única en España arbitrada por los comisarios Stefano Cecchetto (el mejor conocedor de los fondos Zignone) y Javier del Campo, responsable de las exposiciones de Cultural Cordón, que han puesto el énfasis en el conocimiento y divulgación del autor. A su juicio, Duchamp es más complejo y rico que lo que se ha debatido sobre él: hay que, en cierto modo, descubrirlo.
Son 89 obras divididas en cuatro bloques. El primero de ellos acoge los Ready-Made, objetos que, como el urinario-fuente, son cotidianos, pero cuya descontextualización dentro de una sala los ‘convierte’ en obras de arte. Incluye, además de la ‘Fuente’, otras piezas míticas como ‘Botellero’ y su primer ‘objeto encontrado’: la pala de nieve rebautizada con el título ‘En previsión de un brazo roto’.
La segunda parte contiene dos ‘cofres’ del tesoro en forma de cajas (boîtes) o contenedores donde Duchamp guardaba ‘sus cosas’. Son dos piezas del catálogo que, en su interior, guardan 150 pequeñas obras más.
Una de ellas, la Boîte Verte (Caja Verde), contiene anotaciones, dibujos, fotografías e, incluso, críticas de una de las creaciones más analizadas y misteriosas de la historia, y obra capital de Duchamp: El Gran Vidrio, también conocido como La novia puesta al desnudo por sus solteros. El original de esta obra –en propiedad del Philadelphia Museum of Art– consta de dos cristales superpuestos de tres metros de altura, "una jaula trasparente" donde se representan los mecanismos de deseo.
En cuanto a la otra caja, la Boîté-en Valise, resulta ser un delicioso ‘teatrillo’ donde Duchamp dispuso una muestra en miniatura de algunas de sus obras más representativas, incluso de su primera época como pintor cubista. Toda vez que Duchamp trabaja con el cristal siente la llamada de la óptica y a ésta se dedica el tercer apartado de la muestra. Allí encuentra un espacio de movimiento hipnótico de figuras geométricas en máquinas que vaticinaban el 3D, siempre en colaboración con su amigo el gran fotógrafo Man Ray, que testimonió con su cámara muchos de los trabajos del artista.
El último capítulo toca una de las más curiosas facetas de Duchamp, la creación de un alter ego, llamado Rose Selavy, con el que quiso desvincularse del ‘personaje’ que crítica y público tendían a mitificar. Para darle entidad, el autor posó vestido y maquillado de mujer para Man Ray.
Esta exclusiva muestra de Duchamp, tras su visita a Castilla y León, sólo podrán contemplarse en Venecia y Roma. Luego retornarán al lugar de donde han partido, la colección de arte contemporáneo de la empresaria italiana Luisella Zignone.
Ciudad: Burgos
Agentes: Marcel Duchamp
Agentes: Stefano Cecchetto
Agentes: Javier del Campo