Un plan pretende agrupar las manzanas en paquetes que jerarquicen el tráfico y permitan peatonalizar grupos de calles.
9 de julio de 2012

[Jaume Prat]

Ildefons Cerdà jamás pensó su proyecto de Ensanche de Barcelona como esa malla homogénea que, a veces, nos han vendido. La jerarquía de calles original comprendía tres medidas: 20 metros para las calles estándar, 30 para calles como la de Compte d’Urgell, tangente a la Ciudad Vieja, y 50 para casos singulares como la Gran Vía o el Paseo de Sant Joan. El Paseo de Gràcia (eje viario existente en el momento) tiene 70 metros y conserva su alineación original. Grandes paquetes de equipamiento, como el Hospital Clínic, la cárcel Modelo o la Universidad Industrial, deformaron dicha malla, que, con el tiempo, ha ido adaptando el espacio público al tráfico.

Le Corbusier, sensible a esto, triplicó el módulo de 133 metros de eje a eje de calle estándar para definir unas supermanzanas de 400 metros (nueve módulos) peatonalizadas, construidas yuxtapuestas a la trama existente.

La trama del Ensanche colmató la ciudad con su módulo original, y, ahora, el Ayuntamiento de la ciudad pretende superponer las dos lógicas, creando las supermanzanas corbusianas a base de segregar algunas de las calles existentes del tráfico rodado. Ya se trabaja en la creación de cuatro de ellas.

Esta operación permitirá, adicionalmente, reforzar la lectura de l’Eixample como la sucesión de plazas que definió Manuel de Solà-Morales con un uso cívico, lúdico, completamente diferente al previsto originariamente, como reserva de espacio público que los convertirá, por fin, en pulmones de la ciudad. 

ref:  noticia de María Ortega, publicada en el diari ARA

País: España
Ciudad: Barcelona
Agentes: Ayuntamiento de Barcelona
Edificios: Eixample
Autoría de la imagen: Google Earth
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