…a propósito de la relación entre política, medios y urbanismo (1)

[scalae y José María Echarte (n+1)]

Publicaba Scalae.Bcn, en facebook, una nota ofreciendo el enlace a las declaraciones en video-entrevista-reportaje de Andrés Jaque sobre la instalación que ofrece en la Mostra di Architettura "fundamentals" 2014, de la Biennale di Venezia, en una de las exposciones centrales, Monditalia: "Sales Oddity. Milano 2 and the Politics of Direct-to-home TV Urbanism", con un escueto comentario:

Scalae. Bcn: telemilano urbanism, by means of Andrés Jaque…

y en unos pocos minutos apareció una simpática y espontánea reacción de José María Echarte, y una pequeña cadena de comentarios cruzados:

Jose M Echarte Ramos: La gallina.

Scalae. Bcn: desarrolla, José María…

Jose M Echarte Ramos: Es un juego que practicaba García Lorca. Consiste en usar tres sustantivos, uno de ellos debe repetirse dos veces, el otro es obligatoriamente ‘la gallina’ y despues se añade una breve frase completamente sin relación. Por ejemplo: 
Milano 2, Milano 2
La gallina
Y por algún lado hay un enjambre

Jose M Echarte Ramos: Desarrollo más? 

Scalae. Bcn: Dudábamos entre la recomendación lúdica o directamente la literaria… http://planetalibro.net/libro/garcia-lorca-federico-la-un-cuento-para-ninos-tontos-gallina

Scalae.Bcn: Y, si, claro, desarrolla, desarrolla…

Jose M Echarte Ramos: Era la lúdica, la referida al juego en si como forma de obtener una suerte de cadaver exquisito cuyo sistema compositivo lo hace divertido por lo inesperado… y lo absurdamente complicado. 

Así que lo que sigue es el comentario siguiente de José María que, se ha de aclarar, no se trata de un artículo preparado, documentado, pulido, etc, sino de una redacción directa y espontánea, pero que nos ha parecido de entidad mas que suficiente como para solicitar su publicación aquí, tal cual, y -también- intentar activar con ello una conversación documentada sobre la conexión/influencia entre los medios de comunicación, la política y el urbanismo. Seguimos entonces el hilo…

Jose M Echarte Ramos: Milano 2 es una urbanización setentera, con todas las características de una urbanización setentera (Quizá, esto es cierto, algo mas destiladas). No muy diferente en origen de muchos de los proyectos de la época de arquitectos y urbanistas a los que podríamos considerar (Y de hecho consideramos) validos y en parte hija directa de la reinterpretación inmobiliaria del urbanismo teórico de los 60, de las ciudades dormitorio, del crecimiento de los núcleos urbanos, de la emigración interior debida al aumento de la calidad de vida en un periodo económicamente expansivo anterior, del aumento de la clase media / media-alta, de la terciarización de los centros urbanos, y de un cúmulo de factores ampliamente analizados y analizables entre los que no es excepcional que algo se venda como “la ciudad de los números uno” (Vease a estos efectos el libro “Ruinas Modernas” que incluye las frases publicitarias de muchas de las urbanizaciones fotografiadas entre las que esa en concreto no resulta ni extraña ni destacable).

En Andalucía por ejemplo este tipo de formato urbano existe con profusión. Algunas de estas urbanizaciones incorporaban en su día novedosos (para la época) servicios (Radios de la urbanización, servicios propios de venta y mercado, bares privados…).

Lo único que diferencia a Milano 2 es que aparece en su desarrollo Berlusconi, cosa que debe quedar muy bien en Venecia y que aporta este toque 1984 tan propio. 

Siendo claro que el origen de la expansión televisiva de Fininvest tiene una clara relación con M2 (Que es para mi puramente geográfica, de localización) y que es peculiar que una urbanización tenga su propio servicio de televisión por cable (No tanto en otros países, por otra parte) el imperio Berlusconiano –y el fenómeno Berlusconi, con todas sus horrorosas consecuencias- es bastante más complejo que la localización primigenia de Studio 5 / TeleMilano. Así, la relación expositiva y narrativa entre el urbanismo de M2, o el urbanismo neoliberal –esté Berlusconi de por medio o no- de los 70 como expansión del ejemplo y esa localización me parece impostada y lanzada en un speech al uso en el que la repetición de términos más o menos impuestos por el discurso actual (Transmedia, político (Aplicado a todo), urbanismo televisivo…) me resulta similar al juego de la gallina. [Quizá me falta el desarrollo teórico, pero en otras ocasiones este desarrollo me ha parecido tan pillado por los pelos como
me lo parece –de momento- este] 

El hecho claro es que Fininvest nace en los 60 si no recuerdo mal, y es originalmente una empresa constructora-promotora. Nada nuevo en un terreno en el que –al menos en el espectro mediterráneo- existe una puerta giratoria común entre construcción, finanzas, política….. y fútbol (Véase a los efectos Gil y Gil, ACS, y la gran mayoría de presidentes de equipo de fútbol españoles o de constructoras / inmobiliarias con sus patas bien clavadas en los anteriores sectores). Quizá lo que diferencia a Berlusoni es su apuesta primigenia por controlar grupos mediáticos (Y que no empieza con Telemilano sino con medios escritos, concretamente Il Giornale) y que sin resultar ajena a otros países (Este, sin ir mas lejos) consigue desde el principio un posicionamiento extremadamente potente. Entre las causas esta probablemente su asalto a los medios desde una posición mas accesible: Controla la masa – controla la política, panem et circensis o dicho de otra manera: La embrutecedora T5 y el resto de canales de “entretenimiento” que propugna Mediaset en sus orígenes, una vez dominado el mercado, tienen una enorme facilidad para transportar cualquier mensaje. 

Por resumir: M2 es –si lo entendemos como destilado ideal de un tipo de urbanismo que ni es único de Italia ni es excepcional en una empresa como Fininvest- algo más complejo que su relación con el canal de cable (Que mas allá de lo evidente en términos publicitarios, es espacial). El fenómeno urbanístico neoliberal y expansivo de los setenta (Primo hermano y padre del actual), aun cuando lo ejecute Silvio Berlusconi, resulta bastante mas complejo que su reducción a esloganes más o menos acertados, referencias a instagram o comparaciones metafóricas entre árboles y nieve en pantallas de televisión. Se basa en los mismos principios que el de la costa mediterránea española y el asunto televisivo, aunque relacionado en su protagonista y en su origen, me parece una forma introducir ese discurso que encuentro completamente forzado. 

¿Existe relación entre política y medios, incluyendo televisiones? Por supuesto. No hace falta inventar la rueda un jueves para ver esto. Es un simple statement. Es algo evidente. ¿Existe esta misma relación entre medios y urbanismo a través de la política, los unos afectan a los otros? Claramente, aunque sea por el puro efecto transporte y de forma mucho más sesgada (El urbanismo neoliberal vive principalmente del oscurantismo implícito en el proceso urbano administrativo). De ahí, a este constructo me parece que dista un abismo algo oportunista que deja para mi en el tintero–como suele ocurrir- factores mucho más complejos, cuyo análisis es necesario, sustituyéndolos por cuestiones visuales, anecdóticas o metáforas que para el que suscribe son puramente epater le bourgeois.