La capital goza ya de una nueva, y reformada, plaza de las Cortes, situada enfrente del Congreso de los Diputados. Sin embargo, la obra ha dejado un importante peligro para los transeuntes, quienes ya han protagonzado varias caídas.
El Ayuntamiento y el arquitecto reconocen el problema y dicen que lo solucionarán pronto. "He dibujado una valla transparente que proteja las cotas más altas de la grada; se pondrá pronto", explicó ayer Siza desde su estudio en Oporto. El arquitecto, premio Pritzker, es el encargado de reurbanizar el paseo de Recoletos y el paseo del Prado, un proyecto municipal en marcha que incluye la obra de las Cortes (4.276.000 euros).
La plaza, que conserva los árboles que había pero no sus jardines; ahora hay una amplia superficie de gránito, está construida casi en horizontal sobre un lugar con pendiente en la parte baja de la Carrera de San Jerónimo, así que su perímetro tiene un desnivel con respecto a la calle que crece a medida que se baja la plaza. Antes de la reforma había vallas que protegían el desnivel. Siza las eliminó. Pensó que era mejor rodear la plaza de escalones que fuesen cogiendo altura hacia la esquina final de la plaza, de manera que el lugar acabase como un pequeño anfiteatro con vistas a la plaza de Neptuno y la iglesia de los Jerónimos.
Álvaro Siza, el arquitecto a cargo de la obra, buscaba que los peldaños se convirtieran en unos espontáneos asientos formando una grada. Los peatones, por su parte, no lo han traducido de esta forma y los utilizan a modo de escalera.
La plaza de las Cortes presenta un aspecto sustancialmente diferente. En el lateral del Congreso de los Diputados la acera ha pasado de 9,85 metros de ancho a 16 metros, lo que ha mejorado la accesibilidad al edificio además de incrementar el protagonismo en el paisaje urbano y la seguridad de la Cámara Baja.
Antes de la reforma, explicaba un artículo de la versión digital de El País, existía una valla que advertía del peligro que ocasiona el desnivel que se extiende en la parte baja de la Carrera de San Jerónimo. Sin embargo, Siza, el arquitecto a cargo de la obra, las apartó. Parece que su idea no ha sido bien entendida por los transeúntes madrileños. Mientras que él concebía una especie de gradas dispuestas de forma de que los peatones pudieran sentarse en ellas y disfrutar de las vistas, estos últimos las han contemplado como un ‘atajo’ para atravesar la plaza de forma diagonal y descender, al encontrar la salida, por los citados peldaños.
Resulta, entonces, que las reclamadas zonas estanciales que, en los últimos años, han ido desapareciendo de tantas ciudades (y en especial Madrid) en pro de espacios duros de paso, cuando aparecen integradas en el diseño urbano, pasan desapercibidas y el peatón asume "por defecto" que el espacio es de paso.
Ref. Diario El Pais [www.elpais.com]
Ref. Ecodiario [www.ecodiario.eleconomista.es]
Ciudad: Madrid
Agentes: Álvaro Siza
Edificios: Plaza de las Cortes
Autoría de la imagen: panoramio