El pasado 23 de abril, día de San Jorge, abrió sus puertas la nueva sede del complejo Atlàntida de Vic, que sustituye al histórico teatro que tuvo que cerrar puertas a causa de la aluminosis.
2 de mayo de 2010

Ubicado en un entorno urbano complejo limitado a norte por los patios traseros de la calle Bisbe Torras i Bages, formada por casas bajas entre medianeras, a este por el antiguo barrio de las curtidurías, enfrentado con la muralla medieval del casco antiguo, y a sur por el río Mèder, el nuevo complejo de la Atlàntida de Vic resuelve de un plumazo este pedazo de ciudad alojando en su interior un programa muy complejo consistente en un teatro, un auditorio, una escuela de música y un restaurante.

Llinàs ha proyectado una gigantesca cubierta facetada, terminada en zinc, que arranca a nivel de los patios interiores de manzana de la calle Torras i Bages, que ventilan unas casas de tamaño demasiado pequeño para aceptar un edificio tan grande a su lado, para subir hasta la altura de la caja escénica y formar, al otro lado, una nueva fachada al río Mèder, porosa y con porches. Este gesto convierte los detrases en un frente urbano que organiza la entrega del nuevo ensanche que desde allí se extiende al sur y al oeste de Vic. Gran parte del volumen se ha enterrado para armonizar la altura requerida por el edificio con la que puede soportar el entorno.

En la memoria de proyecto se explica esta estrategia de proyecto como la voluntad de disponer un edificio que se apoye contra la trama existente para, des de allí, disolver las líneas de propiedad del solar que no se apoyan contra ninguna edificación, trazadas arbitrariamente, con el margen verde definido por la orilla del Mèder.

Las fachadas quedan minimizadas y se usan para ventilar e iluminar aquellas partes del programa que así lo requieren, como la Escuela de Música o el restaurante. Cuando éstas forman el límite exterior se acaban en piedra negra. Cuando están formadas por algún corte entre los diversos pliegues de la cubierta, más introvertidas y de una altura mayor que las anteriores (a veces superpuestas a ellas en un plano retrasado varios metros) se acaban en chapa de latón brillante, color oro.

Una de las casas de la calle Torras i Bages, llamada “can Serratosa”, antigua sede de la Escuela de Música de Vic, reutilizada ahora para alojar sus partes comunes. Es un pequeño edificio tardomodernista proyectado por Manel Joaquim Raspall de planta baja y dos pisos, alojada en una parcela larga y estrecha que organiza su fachada principal abierta contra el lateral de su propia parcela. Este gesto se ha aprovechado para dotar al edificio de un pasaje público interior que conecta el río con la ciudad a través del mismo, vertebrando todo el programa y dándole sentido urbano, conectando diversos patios abiertos entre pliegue y pliegue de la cubierta en un recorrido semiexterior.

País: España
Ciudad: Vic
Agentes: Josep Llinàs
Edificios: Teatre-auditori Atlàntida
Autoría de la imagen: Toni Anguera + Josep Llinàs