- Un auditorio con capacidad para 1.000 espectadores. Su altura sería el equivalente a un edificio de ocho plantas. Se trata de un escenario reversible. Donde ahora hay un vacío, como si de una ventana gigante se tratase, donde la sensación de frescura que facilita el hormigón es máxima.
- Un espacio expositivo diáfano. Destaca la cristalera que refleja todo el entorno a modo de espejos.
- El edificio polivalente que albergará un cine, salas de ensayo, reuniones y conferencias.
- La cúpula, suave luz, el color blanco y la sensación de amplitud, da sentido a un lugar cuya filosofía es ‘Todo lo bueno cabe en el Niemeyer’. Además, llama la atención la inmensa lámpara sobre tu techo abovedado, capaz de dotar de iluminación cenital al conjunto del espacio diáfano, al que se accede, en un agradable contraste, por un espacio más bien estrecho. Está zona estará dedicada a exposiciones, como también lo estará la parte de abajo del auditorio.
- La Torre-Mirador. El cuarto elemento arquitectónico del complejo no tiene acabada su escalera helicoidal de acceso, desde la cual se podrá divisar todo.
- Una plaza abierta, en la que se programará actividad cultural y lúdica de forma continua, y que pretende ser el nexo de unión entre el Centro y la ciudad. Concebida en su función primitiva de punto de encuentro no sólo de personas sino de culturas. Oscar Niemeyer ha puesto especial énfasis en que este lugar sirva de «espacio igualitario».
La idea es inaugurar de forma oficial el Centro Niemeyer el próximo 15 de diciembre, día en el que el arquitecto brasileño que regaló este proyecto a Asturias cumplirá 103 años, aunque la programación no despegará hasta la primavera del próximo año, la vida cultural de la ciudad ya está completamente revolucionada.
Edificios: Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer
Agentes: Oscar Niemeyer
Autoría de la imagen: Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer