Esta primera exposición en España recoge maquetas, esculturas y obra en papel de Mathias Goeritz, (Obras sobre papel, maquetas y esculturas) forma una muestra sobre lo que él definía como Arte Mayor, “un arte que se desligue de la egocéntrica pequeñez de una ambición individual” .
Mathias Goeritz fue un gran amigo y colaborador de Barragán desde los tiempos de Guadalajara: trabajaron juntos, mano con mano, con la ayuda también del eterno Chucho Reyes Ferreira, en las torres de Ciudad Satelite. Lo hicieron también antes en los jardines de El pedregal o en el altar de pan de oro del convento de las capuchinas sacramentarias. Además en la obra de Goeritz se unen una profunda e individualísma mirada interior con una dimensión de acción pública que le da un gran vigor.
Esta muestra ofrece la posibilidad de un experimento manual-emotivo: esculturas compuestas por varios elementos que, como los cubos de construcción infantiles, pueden ser reordenados ‘ad-infinitum’.
Goeritz, nacido en 1915 en la ciudad de Danzig, hoy Gdansk, recorrió un largo itinerario hasta fijar su residencia en México donde llegó con un doctorado en Filosofía e Historia del Arte, y una experiencia como artista innovador que sumaba contactos con la Bauhaus alemana, el mundo vanguardista de París, una estancia en Marruecos y otra en España: en Santander donde formó parte de la Escuela de Altamira junto con Ángel Ferrant, Eugenio d´Ors, Rafael Santos Torroella, Eduardo Westerdahl y Joan Miró.
Mundo de Mathias Goeritz que se nutre de su cultura europea y se abre a múltiples iniciativas americanas cuando forma parte del proyecto Museo Experimental El Eco, un verdadero hito en la trasgresión de los lenguajes plásticos en México. Se trata de una obra arquitectónica influenciada por el trabajo de Luis Barragán, planteada como una especie de escultura habitable, un claro ejemplo de arquitectura emocional que Goeritz confrontaba con el funcionalismo imperante.
El conjunto de trabajos incluidos en la exposición muestra la visión del arte emotivo, lúdico y experimental que proponía en los proyectos. En su manifiesto “Arquitectura Emocional” cuestionaba la adhesión incondicional al funcionalismo y al pragmatismo, y la proliferación de una arquitectura masificada e indiferente. Para este autor, la arquitectura debía ser capaz de despertar la emoción.
Ciudad: Madrid
Agentes: Mathias Goeritz
Agentes: Luis Barragán
Agentes: Chucho Reyes Ferreira