Ángela de la Cruz, artista gallega (La Coruña, 1965) que después de estudiar filosofía en la Universidad de Santiago, se traslada a Londres para estudiar arte en Chelsea College of Art y en el prestigioso Goldsmiths College. Actualmente es una artista de la que se ha dicho que refleja su propia vida en sus obras, o de que determinadas obras tienen una relación simbólica con la artista, especialmente en las formas geométricas o en los tamaños y proporciones que utiliza. Ella ha llegado a afirmar que veía el bastidor como “una extensión” de su propio cuerpo.
De la Cruz transforma los cuadros, rompe el lienzo, lo arruga, lo deforma. Sus pinturas traspasan los límites de marco para acercarlas a la escultura, y para ello incorpora a sus obras objetos, muebles. Los armarios se arrugan hasta convertirse en pequeñas y deformadas cajas, alarga las patas de las sillas hasta hacer imposible el equilibrio y las estanterías se pliegan hasta chocar con el suelo. Pero no lo hace de una manera banal, sino que no pierde de vista dos objetivos:
- abandonar la superficie plana a favor del objeto tridimensional,
- mostrar el paso de la obra por ese proceso físico en el que algo plano llega a tener volumen.
Ángela de la Cruz arriesga con el color rozando el desagrado. La aplicación de la pintura es masiva y la superficie untuosa termina por acercar el lienzo a la textura y el brillo del plástico. El resultado abarca desde lo sacro y lo sublime hasta la ironía o la ternura.
De la Cruz ha expuesto su obra de forma individual en el Candem Arts Centre (2010), el centro Culturgest de Lisboa (2006) y en el MARCO de Vigo (2004). Recientemente se le concedió el importante Paul Hamlyn Award y ha sido finalista en la última edición del Turner Prize, el galardón más importante de arte contemporáneo. Ahora realiza su primera exposición individual en la galería Helga de Alvear de Madrid, para la que ha elegido el título Transfer.
La Galería Helga de Alvear ocupa, desde hace 15 años, un espacio de 700m2 divido en dos plantas. La planta baja está destinada a la exposición de obras de artistas extranjeros y nacionales. La planta primera, sin embargo, se muestran proyectos "site specific", proyecciones de vídeocreación, y obras que por su singularidad se adecuan a este espacio. La sala es continuadora de la histórica Galería Juana Mordó (1964-1995), y se centra en fotografía, vídeo, instalación y otros lenguajes utilizados por artistas conceptuales y minimalistas.