Principios y procesos de la interacción entre Renzo Piano y los santanderinos al hilo de la construcción del Centro Botín
1 de marzo de 2013

[Zetas] La coyuntura política, social y económica de nuestro país durante el último lustro ha conllevado la paralización casi absoluta de la construcción de grandes equipamientos en todo el territorio nacional. Sin embargo, existe un pequeño reducto de excepciones dentro de un contexto como el actual, entre las cuales se encuentra el Centro Botín de Santander, promovido por la fundación a la que da nombre el célebre banquero.

El proyecto, firmado por el genovés Renzo Piano -que hasta la fecha no contaba con ningún edificio en España- está siendo ejecutado en la actualidad, quedando prevista su inauguración para el próximo 2014 cuando tendrá lugar en la capital cántabra el campeonato mundial de vela. Sin embargo, la construcción de este Centro no ha estado exenta de polémica y debate. El privilegiado emplazamiento escogido -en pleno frente marítimo- resultaba tan atractivo como peligroso, ya que la obra de Piano se convertiría en un extraño agente dentro de la bella foto fija del Paseo de Pereda de Santander.

La elección de este lugar generaba cierto recelo entre una parte de la ciudadanía, por lo que el propio arquitecto italiano presentaba el 16 de septiembre de 2011 el edificio ante ingenieros, arquitectos y políticos cántabros, estableciéndose así un primer estatus de interacción con los futuros usuarios del edificio. Pese a la masiva aceptación de Piano como el profesional idóneo para llevar a cabo este comprometido encargo, la escala del edificio, su ubicación concreta dentro del paseo y la relación con la propia ciudad provocaban discrepancias -e incluso fueron objeto de airadas protestas- entre los santanderinos. De esta forma, Renzo recogía el guante y presentaba una variante del proyecto con sustanciales modificaciones.

En esta versión,-a la postre definitiva- el edificio se desplaza casi cien metros hacia el oeste, adoptando formas más orgánicas que le restan rotundidad y respetando la "machina" o grúa de piedra que antaño servía para descargar la mercancía de los cargueros que llegaban a la capital cántabra. Las distintas plataformas ciudadanas contrarias al proyecto conseguían también la eliminación de una gran pasarela que ejercía de vínculo con el arco del Banco de Santander en el Paseo de Pereda, y las alegaciones del Colegio de Arquitectos de Cantabria motivaban el soterramiento del tráfico durante un tramo de casi 200 metros, permitiendo de esta forma la ampliación de la masa arbórea de los históricos jardines de Pereda. Simultáneamente, la Fundación promovía una completa exposición para facilitar el acercamiento de los santanderinos al proyecto, que se prolongó hasta enero de 2012.

Salvando las distancias, podrían establecerse ciertos paralelismos con la situación vivida por Jean Nouvel a mediados de los años noventa con motivo de la construcción de su edificio KKL a orillas del lago en la ciudad suiza de Lucerna. Distintas consultas ciudadanas mediante la fórmula del referéndum conllevaron sustanciales modificaciones sobre el proyecto con el que el galo había ganado el concurso. En el caso del Centro Botín, para los estamentos políticos ha resultado difícil anteponer las inquietudes ciudadanas sobre el emplazamiento e impacto de un proyecto cómo este a los 77 millones de euros de inversión privada que supone el edificio. Sin embargo, se han resuelto -al menos de manera parcial- algunas de estas reservas acerca del Centro y ya solo cabe esperar hasta el próximo año para comprobar si, en realidad, el edificio de la Fundación Botín resulta positivo para la ciudad o por el contrario deteriora el valor arquitectónico del bello frente marítimo de Santander.

Próxima entrega: "Lucha de gigantes: el IAACC y el Caixa Fórum Zaragoza".

 

Descripción del proyecto en el sitio web de la Fundación Botín.

Sitio web de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Bahía de Santander.

Noticia sobre la presentación del proyecto en el Diario Montañés.

Vídeo explicativo sobre la primera fase de los trabajos.

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