[Zetas] Al oeste del casco histórico, asoman por encima de las cornisas dos gigantes en la capital del cierzo. Se trata del IAACC Pablo Serrano y el Caixa Fórum -actualmente en la última etapa de su construcción- que, distanciados apenas 300 metros entre sí, aspiran a convertirse en referentes dentro del contraído circuito de espacios expositivos de la ciudad. Pese a su proximidad física, los principios y procesos de estos dos contenedores han seguido trayectorias casi antagónicas.
El IAACC es quizá el último eslabón de una especie en extinción: grandes equipamientos comenzados al abrigo de financiación pública -las obras se adjudicaban en el año 2006 y concluían con un coste de alrededor de 24 millones- durante los años de gran efervescencia inmobiliaria. No obstante y pese a la inoportuna crisis económica el gobierno aragonés fue pertinaz en este sentido y mantuvo en marcha las obras para que, pese a algunos retrasos, el edificio abriese sus puertas al público hace casi tres años.
El entorno en el que se encuentran ambos edificios habla de una zona de edificación consolidada que, pese a no poseer un especial atractivo urbano, es un área muy transitada y vivida dentro de la ciudad. Por esta y otras razones, el aspecto exterior del edificio de José Manuel Pérez Latorre despertó un intenso debate ciudadano. Una morfología muy particular, constituida por un gran cuerpo principal revestido mediante paneles negros con un coeficiente de reflexión del 85%, en contraste con un ala vertical de comunicaciones de color turquesa. Quizá son estas características, junto con su complicada relación con el entorno, las que han provocado la cascada de opiniones vertida al respecto de este edificio.
En el caso del nuevo contenedor de la Obra Social de La Caixa, la financiación es íntegramente privada -cerca de 18 millones de euros- y cuenta con una superficie construida un 20% inferior a la del IACC -6.000 m2 frente a 7.500- que acogerá exposiciones destinadas a recorrer los 7 centros de este tipo que posee La Caixa en España. estar prevista su inauguración para finales de este año, resulta difícil calibrar el nivel de éxito o fracaso que tendrá este edificio a día de hoy. Pese a esto, visitar las obras de este equipamiento, cuya artífice es Carme Pinós, nos desvela ya una manera de hacer interesante así como una secuencia de espacios de mayor polivalencia que los del Pablo Serrano y que facilitarán la realización de diversas actividades.
La calidad de los espacios interiores -en especial las áreas expositivas- es la que determina el éxito de edificios de estas características. En este sentido, el quizá excesivo formalismo del IAACC repercute en algunos espacios de cierto interés en sus plantas primera y segunda así como en el núcleo principal de comunicaciones. Es también un aliciente para los visitantes la gran terraza situada en la última planta del museo -característica que será compartida con el Caixa Fórum- y que ofrece imponentes vistas sobre la ciudad.
No obstante, el posible éxito del edificio de Pinós también estará ligado de manera directa a la necesaria construcción del parque del Portillo, entorno donde se ubica el edificio y que actualmente ofrece un aspecto desolador, dejando esta obra varada en medio de la nada. En cuanto a la parcela menos arquitectónica, los contenidos, el Caixa Fórum parte con una tremenda ventaja, avalado por exposiciones que atraen a cientos de miles de visitantes anualmente al resto de centros habilitados por La Caixa, frente al débil e intermitente músculo expositivo del IAACC desde su apertura en 2011.