Hace cuatro años, la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid ganó el concurso para construir la Biblioteca General de la Universidad de Sevilla, ubicada en los jardines del Prado de San Sebastián. Su proyecto superó a los presentados por Antonio Cruz Villalón, Guillermo Vázquez Consuegra, Dominique Perrault o la Office for Metropolitan Architecture (OMA).
La decisión del jurado fue difícil pero al final optaron por esta apuesta completamente innovadora y una ruptura en el proceso de pensar la arquitectura.
Las obras de la biblioteca central de la Universidad se paralizaron por orden del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en julio de 2009. El edificio llegó a los tribunales de la mano de un grupo de vecinos del entorno del Prado de San Sebastián contrarios al proyecto. Aunque el alto tribunal andaluz dio la razón a los vecinos, tanto el Ayuntamiento como la Universidad estaban convencidos de que el Supremo salvaría la biblioteca. Pero los jueces han entendido que la decisión de eliminar parte de los jardines del Prado para levantar ahí el edificio no está suficientemente justificada. "Cuando se trata de hacer desaparecer en todo o en parte una zona verde, han de expresarse las razones por las que la biblioteca no puede ser construida en otros terrenos para cumplir la misma finalidad de permitir el uso cualificado del entorno universitario", afirma el tribunal.
Los jueces creen que el edificio podría ubicarse en otro sitio sin perjudicar a su uso. Esta parece ser la única salida que le queda al proyecto, en cuyas obras, iniciadas en agosto de 2008, la Universidad ha gastado ya más de cuatro millones de euros. El rector, Joaquín Luque, se reunió el pasado viernes con el nuevo teniente de alcalde, Javier Landa, en un encuentro que el Ayuntamiento define como "una primera toma de contacto" para encontrar una salida. Ambas partes tienen prácticamente descartado que la sentencia del Supremo, que no es recurrible, deje algún resquicio legal para mantener el proyecto en el Prado, a pesar de que la Universidad no esté de acuerdo con el argumento de los jueces de que la biblioteca puede cumplir la misma finalidad en otra ubicación. Según la institución académica, el Prado de San Sebastián tiene una gran importancia geográfica. Este parque está ubicado a medio camino entre el Rectorado (la antigua Real Fábrica de Tabacos) y los campus de Ramón y Cajal y Pirotecnia, en los que estudian unos 20.000 alumnos universitarios, que se beneficiarían del nuevo edificio.
La Universidad de Sevilla solo tiene una cosa clara: necesita una biblioteca central. Pero la sentencia del Supremo tiene otras consecuencias que el rector y su equipo están estudiando y que podría ocasionar un agujero en las finanzas de la institución. Entre ellas, una posible indemnización a la constructora encargada del proyecto, Ferrovial. El vicerrector de Infraestructura, Antonio Ramírez de Arellano, admitió hace unos meses que la empresa podría demandar "entre tres y seis millones de euros", aunque la Universidad no ha puesto cifras a ninguna indemnización una vez conocido el fallo.
Ciudad: Sevilla
Agentes: Zaha Hadid Architects
Edificios: Biblioteca Central de Sevilla
Autoría de la imagen: Zaha Hadid Architects