El nuevo espacio urbano de la capital jiennense es obra de los arquitectos Jesús y Antonio Estepa
6 de mayo de 2010

La alcaldesa de la ciudad, Carmen Peñalver, el delegado del Gobierno andaluz, Felipe López y la consejera de Presidencia, Mar Moreno, así como otros reprensentantes del Gobierno local y autonómico, acudieron a la inauguración oficial de la recién bautizada Plaza de la Libertad, obra del estudio ER arquitectos. 

La Plaza de la Libertad se convierte en un punto de encuentro para los vecinos de la ciudad,  cuya remodelación ha tenido un inversión total de 600.000 euros. La colorída ágora recupera un notable espacio para el peatón generando un interesante espacio diáfano para el paseo y el esparcimiento. 

 

El proyecto de remodelación de la Plaza Coca de la Piñera, ahora Plaza de la Libertad, surge ante la necesidad de dar respuesta a un problema de enquistamiento urbano por la degradación de su espacio debido a un inadecuado uso del mismo.

 

La actual plaza consta de un pequeño anfiteatro, un amplio paseo azul con un jardín y una zona verde en desnivel con el que se elimina el impacto visual del tráfico por parte del visitante que salga de la estación de autobuses. Además, se ha reducido el tráfico de forma importante, sólo permitiendo el paso de vehículos para carga y descarga de la estación.

 

Sus autores, Jesus Estepa Rubio y Antonio Estepa Rubio del estudio ER arquitectos nos comentan la intervención urbanística de la capital jiennense:

 

“En términos generales, podemos decir, que este pequeño trozo de ciudad al que siempre se le había llamado "plaza" nunca lo fue, ya que lo único que existía era una rotonda con una fuente que no se sabe muy bien como terminó siendo un apeadero de taxis. A este respecto, la actuación ha procurado transformar ese espacio para que realmente ahora sea una plaza; y ello lleva un correlato directo con generar áreas de estancia, áreas de paseo y desde luego fragmentos vegetales que ayuden a conseguir zonas blandas que favorezcan lo anterior.

 

Esta plaza, por su relación directa con la estación de autobuses, es una "puerta de entrada" en la ciudad, pero también una "sala de espera" para salir de ella. Se ha pensado por lo tanto en ello para que su aspecto, rotundo y diferente, sirva como imagen de impacto en la bienvenida y como último recuerdo en la despedida.

 

De igual manera es importante tener en cuenta que al situarse a los pies de la calle Navas de Tolosa, todo el flujo de gente que circula a su través desembocará, bien para ir a la estación, bien para cruzar la calle por este espacio; por eso, la diagonal que se traza flanqueada por chorros de agua, delimita dos áreas diferenciadas claramente: por una lado el jardín y por otro lado una zona pavimentada que facilita el acceso peatonal.

 

En ambos casos, la presencia del color es fundamental. Los colores vivos, contundentes y puros vienen a evocar que todos los seres humanos, independientemente de nuestras creencias y/o condiciones, cabemos en un mismo espacio. Esta idea es el marco clave donde realmente puede ponerse en valor el ejercicio de una "plena libertad". Se ha optado por un color neutro de base fría (el azul del pavimento) que se recorta con franjas de paseo de colores cálidos y contundentes (rojo, naranja y amarillo) de tal modo que se juega con la emotividad del espectador para despertar en él sensaciones y sutilezas que afloran espontáneamente.

 

La zona de estancia en el jardín se protege del impacto visual del tráfico rodado creando una barrera natural con un montículo en pradera, que se corona con flores moradas que evocan la personalidad propia de la ciudad de Jaén. Este monte se diluye hasta los paseos de color por medio de una secuencia escalonada, que genera jardines en algunos lugares y un área de reposo y contemplación en otros; lo ideal es sentarse en los escalones y reclinar la espalda contra el montícu
lo verde para poder tomar el sol.

 

Por otro lado, en la zona de tránsito, se ha creado un espacio de gran amplitud, para que en las tardes de verano los vecinos puedan disfrutar de una terraza aneja a la cafetería de la estación. En ese lugar, se colocará un kiosco de prensa y golosinas que garantizará la idílica presencia de niños jugando a lo largo de los paseos de color.

 

La iluminación, es otro aspecto importante a tener en cuenta. Por la noche, la plaza cambia su apariencia y se transforma en un espacio claro, diáfano y sereno. La iluminación vertical se distribuye por la plaza para conseguir una luz homogénea que se ve recortada por pequeños faros incrustados en el suelo que nos indican el sendero de los caminos de colores; también la fuente se enfatiza con una tenue luz interior para que al moverse por las cascadas de agua nos percatemos de su presencia.”

 

 

 

País: España
Ciudad: Jaén
Agentes: ER Arquitectos
Agentes: Antonio Estepa Rubio
Agentes: Jesús Estepa Rubio
Edificios: La Plaza de la Libertad
Autoría de la imagen: ER Arquitectos
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