Los nuevos hitos, alcanzarán una altura inédita hasta ahora en Asturias, 97,5 metros. De esta forma, cuando se construyan fijarán un nuevo techo urbanístico regional para proyectos residenciales y de oficinas, recogiendo el testigo de las torres de Bankunión en Gijón y la de Cajastur en Teatinos (Oviedo), que miden 70 metros, tal y como publica Elcomerciodigital.
La solución arquitectónica sustituye la previsión inicial de construir dos bloques paralelos de diez plantas unidos por un travesaño horizontal en la avenida central del polígono residencial (una especie de arco de triunfo), pero mantiene la misma superficie edificable sobre rasante de 24.066 metros cuadrados construidos. Esta alternativa al proyecto inicial fue justificada por Ábalos para aportar «una visión más contemporánea» y dotar a la edificación de un mayor número de viviendas con luz solar directa.
La nueva versión permitirá casi triplicar la altura máxima prevista en un entorno hasta hace poco considerado rural y elevará de forma notable el porcentaje de viviendas soleadas, pasando de un escaso 35% a superar el 70%.
Las torres que elevarán el ‘skyline’ de la ciudad albergarán 240 viviendas de tipología libre y enmarcarán como dos proas la entrada al área residencial que mira al nuevo nudo de comunicación que conecta con la carretera de Pola de Siero. No se alzarán en paralelo, sino en diagonal para evitar problemas de sombras en la zona y ofrecer una perspectiva cambiante desde diferentes puntos de vista. Sobre todo desde las autovías más próximas.
Según explicó ayer en la Universidad Laboral el arquitecto, se trata de dos torres de idéntico volumen «deslizadas la una sobre la otra» y sección creciente en altura para albergar mayor número de pisos de uno, dos y tres dormitorios. Su composición dual creará, aseguró, «una puerta transversal entre las montañas y el mar» con una premeditada evocación del ‘Elogio del Horizonte’ de Chillida.
Para sus torres gemelas de Roces, que tendrán una media de 890 metros cuadrados por planta, el arquitecto donostiarra «ha diseñado un juego compositivo con las ventanas y miradores para capturar la luz en diferentes planos». La cubierta se envolverá con una celosía de vidrio, para proteger a los edificios del viento, cuya azotea será de uso común vecinal para disfrutar de las privilegiadas vistas.