30+30, las tertulias de arquitectura del ArquinFAD

[Jaume Prat]      

La inspiración fue el programa de entrevistas A Fondo, dirigido allá por los años 70 por Joaquín Soler Serrano, por donde pasó la flor y nata de las letras españolas para ser entrevistada en profundidad: en blanco y negro, sin ley antitabaco, tan sólo un par de cámaras, buenas preguntas y ese ir dejando a los invitados a su aire para que se sintiesen cómodos y charlasen sobre su obra.

     El lugar fue el restaurante il Giardinetto, tan cerca de la famosa Tusset St. en Barcelona. Los protagonistas, el promotor y dueño del restaurante, Leopoldo Pomés, y Rosa Vergès, directora de cine, excolaboradora suya convertida, circunstancialmente, en entrevistadora de excepción.

     Las tertulias 30+30 del FAD son, antes que nada, un juego en que dos protagonistas (usualmente arquitectos o diseñadores) definen sus reglas para, una vez acordadas, hablar informalmente sobre arquitectura. En algún momento de la tarde este diálogo se abre a los asistentes, ampliando la participación a quien tenga algo que decir.

     En este caso se ensayó una cosa nueva: la invitación de dos participantes no dedicados profesionalmente ni a la arquitectura ni al diseño de interiores. Aunque con inquietudes sobre el tema probadas: las provenientes del desarrollo de una obra basada en la mirada. En el caso de Pomés, también de la dispersión, una obra exuberante que abraza tantas disciplinas como se haya propuesto dominar, incluida la propia arquitectura, no desde el diseño sino desde la promoción: suyos son la tortillería Flash Flash, de 1970, y el Giardinetto, de 1974. Cada uno de ellos tiene una historia propia que recoge parte de sus vivencias y que se contó en el transcurso de la velada.

     Entre gin-tonics, formatos variables, arquitectos de diversas generaciones dialogando y lugares de confrontación bien elegidos (muchos de ellos se desarrollaron en el Lexington, bar que diseñó Marcos Catalán, miembro de la junta del ArquinFAD, del que se encuentra más información en este enlace) se van desgranando temas que no tienen cabida en otros lugares. Se cuentan proyectos. Se habla de glamour. Se confrontan opiniones y, al final, se puede seguir, ya disuelto el comité, pidiendo una cena.

     Los 30+30 discurren, cuando ello es posible, los primeros lunes de cada mes.