El nuevo museo del pabellón de la Navegación contiene un espectacular mar o laberinto de luces (leds o diodos emisores de luz) adentrando así a los visitantes a sentir las experiencias de los navegantes y personajes vinculados al mundo marino. Un mural de 50 metros del ilustrador Gabriel Pacheco cuenta la historia de la navegación y, unido a un espacio experimental, permite extraer experiencias como una zona para convertirse en capitán y manejar el timón, la bomba de achique, el cabillero o el cabrestrante y otra con visiones históricas de Sevilla.
El pabellón de la Navegación cerró sus puertas como museo en 1999 -aunque en 2002 reabrió temporalmente con los contenidos de la Expo’92 para celebrar su décimo aniversario- y ahora, doce años después, reabre sus puertas totalmente renovado, tras más de dos años de trabajo y una inversión de 11 millones de euros (7,3 para la reforma arquitectónica realizada por Guillermo Vázquez Consuegra y 3,7 para la zona museística).
Javier Sanchidrián, su director, indicó que se esperan entre 700 y 800 personas al día de media: "Habrá quien esté una hora en el museo y quien esté dos o más, porque hay mucho donde recrearse". Además, el pabellón alberga mediateca o biblioteca, tienda de recuerdos, sala de congresos, cafetería y restaurantes.
Con todo, la cercanía de las obras de la torre Pelli restan puntos al privilegiado enclave, junto al río, con un acceso mermado. Eso sí, la entrada al museo de la Navegación incluye la visita a la torre Schindler, desde donde se pueden ver espectaculares vistas del futuro rascacielos y de toda la ciudad.
En cuanto al contenido, hay mucho por destacar, si bien la zona estrella es el mar con 14.200 puntos de luz, único en Europa. Boris Micka, director de GPD, explica que se fabricó a medida y que el proyecto es "más robusto, seguro y rico" que cuando se presentó en 2007. "Este pabellón es el mejor que se hizo para la Expo y buscamos la sintonía con su arquitectura de gran barco", señaló tras subrayar que el centro expositivo se ha realizado para que sea duradero. El reto ahora, como admitió, es hacer que sea rentable, para lo que contará con la zona de congresos de la planta baja "en un lugar privilegiado, con apertura por la noche al río y con el valor añadido de que las empresas pueden usar el museo".
La exposición se encuentra dividida en 5 sectores. El primero dedicado a los navegantes aborda la temática desde la perspectiva humana. El segundo, dedicado a la navegación, trata de la evolución de su ciencia y su tecnología desde el inicio de la era de los descubrimientos hasta nuestros días. La tercera sala permite poner en práctica lo aprendido mediante el manejo de las distintas partes del barco, en un interactivo para todas las edades. La cuarta sala repasa la historia de Sevilla desde la perspectiva de la navegación y se convierte en preámbulo de la subida a la Torre Mirador o quinta sala, situada en los exteriores, que permite la visión directa de la Sevilla actual desde un particular punto de vista sobre el Guadalquivir.
Gabriel Pacheco, ilustrador mejicano afincado en Buenos Aires, se encargó del gran mural con la evolución de la navegación. Hizo los bosquejos a lápiz, se digitalizaron e imprimieron en madera y los redibujó con cera. Un detalle más del complejo trabajo hecho para que el visitante se sumerja en los mares y reviva oficios, historias y sensaciones de navegantes como el contramaestre Francisco Granillo o Leonor García Salas.
Más información en la web oficial del Pabellón de la Navegación.
Ciudad: Sevilla
Agentes: Guillermo Vázquez-Consuegra
Agentes: Ayuntamiento de Sevilla
Edificios: Pabellón de la Navegación. Sevilla
Autoría de la imagen: luzneutra.com