Inaugurado el mirador Entre Catedrales de Campo Baeza en Cádiz

El Ayuntamiento de Cádiz inauguró recientemente el espacio Entre Catedrales del arquitecto Alberto Campo Baeza, un nuevo espacio público con vocación de equipamiento cultural situado en un sitio muy emblemático, el espacio tradicionalmente abandonado entre las dos catedrales de Cádiz en Campo del Sur, mirando al Atlántico. El nuevo espacio forma parte del conjunto de intervenciones destinadas a la mejora de la ciudad con la vista puesta en el año 2012, bicentenario de la Constitución de las Cortes de Cádiz. La obra, iniciada en 2007, fue concluída tras el verano de 2009  y en la actualidad se encuentra abierta al público para el disfrute de todos los ciudadanos.

El proyecto surgió de la necesidad de poner el valor el espacio existente entre la Catedral Nueva y la Catedral Vieja en el borde mismo del Casco Histórico, un lugar tradicionalmente no conformado a pesar de su ubicación privilegiada frente al océano cuya recuperación urgía. Un aspecto determinante de la solución arquitectónica finalmente elegida fue la existencia de restos arqueológicos en el mismo espacio a escasa profundidad. Integrar los restos, estableciendo un diálogo arquitectónico entre lo nuevo y lo viejo, entre la mirada y el horizonte, fueron las premisas que guiaron el proyecto desde el inicio.

Partiendo de ello, Entre Catedrales se conforma como una intervención sencilla con unos objetivos muy claros: una plataforma elevada sobre unos pilares metálicos genera la plaza pública perseguida, cubriendo y permitiendo el mantenimiento de las preexistencias arqueológicas, convertidas, gracias a su nuevo techo y al cerramiento de vidrio que las rodea, en recinto cultural cerrado. El plano separado del suelo generado permite al visitante, dada la cota a la que se encuentra, disfrutar de la vista del océano sin la molesta interrupción que provoca la presencia de los vehículos aparcados en la calle.

A la plaza se accede por una gran rampa lateral y sobre ella se encuentra un "umbráculo" o pabellón, una estructura ligera donde resguardarse del sol y de la lluvia y desde el que se invita a la contemplación del océano. Todo el conjunto formado por pavimentos, estructuras y y barandillas se encuentra pintado en blanco como forma de acentuar su liviandad y reforzar la presencia de la luz, tan singula en Cádiz.  A la espalda del mirador, se intervino sobre la medianera de la Casa del Obispo, levantando un muro de piedra ostionera en consonancia con la materialidad que caracteriza a las catedrales, creando así un fondo de la intervención que a su vez sirve de unión entre ellas.

Al poco de su inauguración, el espacio se incorporó dentro de la programación del Festival En Danza de Cádiz y en él tuvieron lugar dos espectáculos que reconocieron lo privilegiado de su emplazamiento. También es objeto de polémica en la ciudad la rápida proliferación de actos vandálicos que sufre el mirador, fundamentalmente pintadas, y que la extrema desnudez y radicalidad misma de la propia arquitectura termina por acentuar.