[Zetas] El arquitecto madrileño ha compartido el trabajo de un equipo empapado en su totalidad por una reflexión común, un discurso que entiende la arquitectura como aquella acción codificada y abstracta que inmediatamente establece una relación entre ciudad, cultura y naturaleza. La ciudad como única utopía que el hombre ha sido capaz de materializar. Por lo tanto un argumento apoyado en la dicotomía establecida entre ciudad y naturaleza. El diálogo entre técnica y naturaleza así como técnica y espacio doméstico generador de una serie de contradicciones al igual que en la película dirigida por el director Michael Haneke donde hasta el mismo título "Funny Games" se llevó a Argentina titulándose en ese caso como "Horas de terror".
El thriller manifiesta las pasiones y contradicciones que habitamos, aquellas escenas cuyos precisos recuadres dejan ángulos muertos para mostrar acciones incompletas acrecentadas más si cabe por una ausencia intencionada de la banda sonora. La película evidentemente conceptual explora la condición humana y moralidad del hombre. Un guión brillante, de esos con un mal final que pone fin a la reflexión sobre la vida misma donde la naturaleza benevolente, supuestamente inherente al ser humano queda en entredicho.
Esta es la actitud que reclama Juan Herreros para afrontar el trabajo en la ciudad. Elaborar argumentos que lleven a pensar en cosas diferentes. En este sentido, una serie de proyectos de su equipo se apoyan en este punto de partida conceptual que ahonda continuamente en el hecho de mover los límites entre lo público y lo privado mediante la exploración de cada uno de estos. Concepto desarrollado y cruzado con términos como intimidad, particularidad y domesticidad que hacen tambalear aquel límite hasta el punto de su imposible definición. Por lo tanto una profunda reflexión capaz de dialogar con distintos estados y experiencias espaciales que enriquecen un discurso que alcanza temas de interés compartidos relacionados con la técnica y sobre todo con el arte.
Una actitud para afrontar la acción arquitectónica cuyo objetivo compartido esencialmente es el limite, la difusión y movimiento del mismo escarbando entre conceptos como lo público y lo privado donde el proceso proyectual es lo verdaderamente importante.