El pasado 3 de junio, un jurado se reunía a Madrid para decidir de entre los candidatos finalistas (D. José Antonio Carbajal Navarro, Dña. Carmé Pinos i Desplat, D. Manuel Gallego Jorreto, D. Rafael Manzano Martos, D. Javier Carvajal Ferrer, D. Manuel de Solá Morales Rubio, D. Antonio Vázquez de Castro Sarmiento), cual era el más apropiado para llevarse la Medalla. Para ello tenía que estar patente en el curriculum una triple actividad, relacionada con la calidad de la obra construida, el perfil docente y una actitud investigadora, tanto en el terreno específicamente arquitectónico como en el académico. El jurado estaba integrado por:
- Jordi Ludevid i Anglada, Presidente del CSCAE y del Jurado
- Celestino García Braña, Vicepresidente CSCAE
- Fernando de Andrés Álvarez, Consejero por el Colegio de León
- Antonio Fernández Alba, Académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
- Ángela García de Paredes, Arquitecta de reconocida experiencia profesional
- Anatxu Zabalbeascoa, especialista en Arquitectura, no Arquitecto
- Secretario del Jurado: Enrique Soler Arias (Secretario General del Consejo Superior).
La Medalla de Oro se le concede al arquitecto gallego por la alta calidad del conjunto de su obra; por su dilatado trabajo en la búsqueda de la expresión de lo universal a partir de la presencia de lo particular (a través del rigor constructivo y la precisión formal, en la que las resonancias del lugar y del paisaje estén siempre presentes); y por la condición ética de su arquitectura, afirmada en todas sus obras, prolongando así su magisterio más allá de las aulas en las que ha desarrollado su actividad pedagógica, tanto en el ámbito de lo arquitectónico como de la urbanística.
Manuel Gallego Jorreto. Arquitecto y urbanista que nace en 1936 en Carballiño (Ourense). Vive en Vigo desde muy joven, como otros muchos ourensanos. Como el mismo recuerda, fue en un viaje de fin de curso a Lisboa, cuando descubre la arquitectura moderna. Decide estudiar la carrera, y lo hace en Madrid, en una época en la que es tan importante el dominio de las ciencias exactas como el dibujo. Se licencia en 1963 y sus primeros trabajos fueron en el estudio del arquitecto Alejandro de la Sota, donde continúa su formación y se convierte en discípulo del maestro pontevedrés. Mas tarde, sique ampliando sus conocimientos en Noruega, junto a Erling Viksjø.
Trabaja en el campo de la vivienda pública y protegida, y es muy reconocido su trabajo para la administración pública. Obras tan representativas como el Mercado de Santa Lucía (A Coruña, 1980), el Museo de Arte Sacra da Colexiata de Santa María do Campo (A Coruña, 1985), la Casa da Cultura de Chantada (Lugo, 1990), el Centro de Saúde de Viveiro (Lugo, 1996), el Museo de Bellas Artes de A Coruña (1997) y el Complejo Presidencial de la Xunta de Galicia en Monte Pío (Santiago de Compostela, 2002), residencia oficial del presidente de Galicia. Obras en las que conjuga la modernidad con un amplio conocimiento de la arquitectura tradicional y el paisaje, lo que hace que sus actuaciones se caractericen por la efectiva combinación de lo funcional y lo poético. Un trabajo fuertemente vinculado a su tierra, pero que tiene una gran repercusión fuera de la comunidad gallega.
Durante más de veinte años ha sido profesor del Departamento de Proyectos Arquitectónicos y Urbanismo de la Universidad de la Coruña, donde trataba de transmitir a sus alumnos su experiencia y su pasión por hacer que la arquitectura sea “una construcción emocionante y, si se puede, poética…donde el sentido común esté por encima de todas las modas”.
Actualmente trabaja en el Museo das Peregrinacións en Santiago de Compostela reformando el antiguo edificio del Banco de España. “Es un proyecto muy complicado; en un sitio muy singular en la Plaza das Platerías, junto a la Catedral. Trabajamos en un edificio antiguo que no es precisamente muy hermoso y que tengo que respetar. Me comprometí a ello. El proyecto cambia radicalmente el espacio, lo mueve por dentro y le modifica la fachada. Estoy ahora con ese proyecto, a ver cómo salimos. Vamos con retraso porque aparecieron restos arqueológicos que nos pararon una parte de la obra. Fue muy complicado, pero el año que viene estará acabado”
Gallego cuenta ya con numerosos premios, entre los que se encuentran el Premio Nacional de Arquitectura en 1997, así como Premio Nacional da Cultura Galega, el premio Celanova 2010 y Gallego del mes del Grupo Correo Gallego.