17 de noviembre de 2008

El coreógrafo ha creado sus obras junto a los arquitectos Zaha Hadid, Thom Mayne y Dominique Perrault

(2006), esta última llevada a los escenarios con el Ballet Nacional de Marsella. Actualmente Frédéric Flamand está de gira con el Ballet Nacional de Marsella representando esta obra por España.

Con Zaha Hadid: Junto a la arquitecto británico-iraquí Zaha Hadid, ganadora en 2004 del premio Pritzker, se unió en 2000 en la creación de Metápolis. Juntos idearon una estructura desmontable que era una eficaz y minimalista metáfora de una ciudad futurista. Movida por los bailarines, la estructura se desplegaba o recogía en el espacio delimitando y codirigiendo el tráfico y movimiento de esta metafórica urbe. El apoyo de los vídeos, fantásticamente proyectados por el método de croma o pantalla verde o el modo de real-time, rompían los límites del escenario y procuraban un viaje alucinante a una ciudad sugerida e imposible.

Con Thom Mayne: Flamand ideó Sillent Collisions con escenografía del arquitecto californiano Thom Mayne, que formaba parte del grupo de Frank Gehry, precursor de la nueva arquitectura estadounidense. Inspirada en Ciudades Invisibles, profético libro de Italo Calvino, la coreografía constituye una propuesta alrededor de la manera en que el entorno y los seres humanos crean una red de tensiones y dinámicas, donde los espacios pueden ser públicos o privados, opresores o confortables, agresivos o agradables.

Con Dominique Perrault: Estas ideas tuvieron su continuidad en La cité radieuse, con escenografía ideada por el arquitecto francés Dominique Perrault. La pieza, ideada a partir de teorías de Le Corbusier, es una reflexión sobre el concepto de ciudad hoy y su brutal transformación ante la globalización y la proliferación de lo que el antropólogo Mar Augé ha llamado los no-espacios: aeropuertos, centros comerciales y demás lugares de transición, símbolos urbanísticos de una era dominada por la velocidad, la ruptura de barreras espaciales, las telecomunicaciones, Internet y curiosamente, la incomunicación. El nuevo entorno es entonces la ciudad globalizada, una que es igual a todas las demás del planeta.

La nueva Metápolis: En Metápolis II hay más bailarines-habitantes y el énfasis está más colocado en la noción de ciudades en transformación con un aire un poco más pesimista. La constante proyección del derrumbamiento de grandes edificios ofrece una visión apocalíptica de la modernidad. Es inevitable recordar que cuando se hizo la primera Metapolis aún había un par de torres gemelas que simbolizaban la ciudad de Nueva York y que ahora mismo ya no forman parte del skyline neoyorquino, lo que sugiere que la transformación de los espacios urbanos no responde necesariamente a una feliz idea de progreso.

Ref.

El diario montañés [www.eldiariomontanes.es]

La guía Go [www.laguiago.com]

Fuente: Centro de Enlace AE, BCN

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