[Iñaki Ábalos para scalae] El pabellón del futuro construido para la expo de Sevilla de 1992 es un espécimen rara avis en la producción de la firma, no sólo por tratarse de una tipología insólita, una localización extraña y una colaboración curiosa con el ingeniero Peter Rice, sino sobre todo por esa idea de futuro que aúna al resto de desplazamientos mencionado otro de carácter temporal que casa con dificultad con el celebrado juicio de Bohigas y resto de socios de la firma. ¿Qué idea de futuro produjeron en la Sevilla del 92 tan llena de optimismo?. Recuerdo bien mi perplejidad al visitar la isla de la Cartuja un mes antes de la inauguración al ver aquel extraño artefacto, híbrido de pastiche folclórico y high-tech, a la vez disonante del conjunto propuesto por los arquitectos españoles y por las más avanzadas firmas foráneas.
La referencia a la Feria de Abril y en general a la arquitectura sevillana más celebrativa tenía algo de turística, casi irónica -y ahí podría leerse un guiño a Venturi, que dentro del contexto ferial parecería lógico-, pero su cruce con una aventura tecnológica involucrando a la piedra de granito postesado aunaba demasiadas cosas muy divergentes como para ser un plato digestivo. ¿Quería decírsenos que el futuro nos depararía un eclecticismo de nuevo cuño en el que no sólo la presencia de los expertos y el conocimiento técnico adquirirían mayor presencia, sino que estos serían compatibles con un formalismo posmoderno en el que la reinterpretación de la memoria local adquiriría protagonismo visual? Si así fuese, la “instalación” -porque algo tiene la cosa de instalación desmesurada- podría interpretarse como un diagnóstico más que lúcido de los vientos que corren veinte años después… Yo quisiera hoy ver en esta obra tres fuerzas actuando simultáneamente y con cierto desprejuiciamiento en sus contradicciones lingüísticas: la de la tectónica avanzada, que gracias al cálculo por elementos finitos y al uso entonces innovador de los ordenadores posibilitaba revisiones inéditas de técnicas antiguas; la de la revitalización de la memoria y el lugar, algo que, contra lo que algunos pronosticaban, no ha dejado de ser un poderoso ruido de fondo de toda la arquitectura contemporánea; y la de la termodinámica, proponiendo una estructura cuya forma y orientación aprovechaba las condiciones naturales (río, jardín) y la diferencia de presión entre partes altas y bajas para proponer una especie umbráculo trasventilado que citaba sin lugar a dudas el de la Ciutadella barcelonesa. Hoy me gusta mirarlo así y contradecir mis primeras impresiones, a menudo tan engañosas: el pabellón una vez más haría de MBM una de las firmas locales con mayor lucidez para interpretar la realidad y, quizás, proyectarla hacia el futuro…
Iñaki Ábalos, enero de 2013
Este artículo forma parte de las aportaciones de Iñaki Ábalos al debate abierto y colectivo propuesto por scalae.net en el que se confrontan cuestiones de interés personal de los autores, en muchas de las ocasiones no profesionales ni relacionadas directamente con la arquitectura, con hechos o detalles concretos relacionados con los principios, procesos o situaciones de arquitecturas de otros autores, en esta ocasión de Oriol Bohigas y el estudio MBM arquitectes.
El artículo, en una versión revisada y definitiva, podrá formar parte de los ejemplares monográficos de la colección de ebooks de arquitectura + arquitectos de scalae «…about Oriol Bohigas» o «…from Iñaki Ábalos»