El complejo de Les Cols, que engloba en restaurante, ubicado en el interior de una masía restaurada y ampliada en 2003, y el hotel, construido en el huerto adjunto, inaugurado en 2007, consistente en cinco pabellones a modo de habitaciones servidos por un cuerpo bajo existente que actúa a modo de recepción, ha sido ampliado con una carpa que se pondrá en funcionamiento el mes que viene aprovechando una boda.
Ubicado en el cuadrante noreste de la ciudad, en su mismo margen, el complejo les Cols se asienta en la falda de uno de los volcanes dormidos que configuran la topografía particular de la ciudad, aledaño a la nueva ronda norte de la ciudad, que ha obligado a los arquitectos a la construcción de una valla que rodee el perímetro de toda la finca. En uno de sus márgenes se ha realizado una excavación dejando unos taludes de piedra basáltica de inclinación variable, del talud de gran pendiente a la pared completamente vertical, negando el horizonte, aprovechando la inclinación de la finca para negar el horizonte a esta especie de cuenco resultante. Estos taludes funcionan sin ningún tupo de muro de contención, y se revisten de piedras de basalto, de un color negro mate, pelados, sin vegetación alguna, como fondo de la intervención, suelo inclinado o paredes escapando hacia un lucernario perimetral, apenas una rendija de cincuenta o sesenta centímetros sobre la que parece apoyarse la cubierta. Ésta se resuelve con unos tubos de sección cilíndrica, metálicos, que describen una curva catenaria invertida entre sus dos puntos de apoyo.
El pavimento se resuelve con la misma piedra de la excavación pulida sin mortero en las juntas. Las instalaciones quedan embebidas en el pavimento.
Muebles, cubierta, particiones verticales, todos los materiales no estructurales que se levantan por encima de la altura de la vista hasta llegar a las paredes de piedra son de materiales completamente transparentes: metacrilato, policarbonato, cristal. El juego de la intervención consiste en preservar, en un juego de sutilezas, la verdadera magnitud del espacio jugando con los diversos grados de transparencia y translucidez del material, con la posición del usuario, con la altura de su punto de vista (sentado, de pie). Los diversos elementos de la sala son móviles, excepto los pequeños patios que contienen árboles verticales que aparecen en diversos puntos del espacio, en pos de su flexibilidad.
Esta manera de operar entronca con el resto de la intervención, primando los patios de diversa medida, los tabiques de cristal, las vistas oblicuas, la sensación, sentidos que complementen y jueguen con las experiencias gastronómicas propuestas en este complejo.
Ciudad: Olot
Agentes: RCR Aranda Pigem Vilalta Arquitectes
Agentes: Restaurant les Cols
Edificios: Restaurant les Cols
Autoría de la imagen: El Pais