La condición de lugar de paso que en Madrid, como en tantas ciudades europeas, se le ha conferido al espacio público mediante la implementación sistemática de plazas duras, ha calado hondo entre los peatones de la capital. Hasta tal punto que confunden la gracil grada diseñada por Siza con una (impracticable) escalera.
Parece, no en vano, que tampoco han sido tantos los damnificados por la caída. En el momento que salió a la luz la historia de una señora que torció su tobillo al descender por los 40 centímetros de escalón, aparecieron raudas unas vallas de obra amarillas. Una prudencia por parte del ayuntamiento que recuerdan a la clausura de la instalación de Zuloark en la Gran Vía en la pasada noche en blanco; un gran tobogán construido en el centro de la calle fue clausurado escasos minutos después de comenzar a funcionar, también por una torcedura de tobillo.
El arquitecto portugués Álvaro Siza ha enviado al Ayuntamiento de Madrid recientemente una propuesta para evitar caídas en la plaza de Las Cortes. Siza fue el encargado de rediseñar este espacio, que se abrió en junio después de las obras. Se ideó como un mirador con vistas a la plaza de Neptuno y a la iglesia de los Jerónimos, pero los peatones no captaron el concepto y pensaron que era una escalera. Cuando ya se habían caído cuatro personas, el Ayuntamiento cercó la plaza con vallas de obra, a la espera de que Siza planease una alternativa. Tres meses después, ha llegado el plano del pasamanos.
El 14 de octubre, tres meses después, el Ayuntamiento de Madrid recibió el plano que ha ideado el autor portugués para colocar una barandilla. "Sabe que es un lugar importante, muy observado, por eso le ha dedicado todo este tiempo", razonó ayer el director general de Proyectos Singulares, Javier Hernández.
Siza aprovechó su pendiente para crear un doble escalón que la circunda y que gana altura según baja; los peldaños adquieren cota de asiento en el vértice inferior de la plaza y forman una grada en curva con vistas a la plaza de Neptuno y a la iglesia de los Jerónimos. Pero donde Siza concibió una grada para sentarse y mirar, la gente vio simplemente una escalera.
Tarde o temprano, la reforma de la reforma de la plaza ya está en manos del Ayuntamiento. "Consiste en una malla muy transparente de acero con una salida con escalera y rampa a la derecha de las Cortes", describió Álvaro Siza desde su estudio en Oporto en declaraciones regogidas por el diario "El País".
En los planos enviados al Ayuntamiento se ve la solución. Un pasamanos rodeará la plaza cerrándose en diagonal unos metros antes de su desembocadura (la esquina donde los escalones son más altos). Dentro de los límites de la barandilla quedará una salida doble por el lado opuesto al Congreso, una escalera normal y una rampa para quienes tienen problemas para moverse. El pasamanos no llega a cerrarse por completo en la zona donde se acaba; queda un pequeño paso entre las barandillas para ir a sentarse a las gradas.
De este modo se supone que los ciudadanos sabrán interpretar las distintas funciones de la plaza y solamente usarán la grada de mirador, como el arquitecto quería.
Ahora falta que la Oficina Municipal de Urbanismo compruebe que la propuesta respeta la normativa. Superado ese trámite, la obra saldrá a concurso para asignarla a una empresa. Por el momento, no hay presupuesto ni fecha de ejecución.
El Ayuntamiento optó por rehabilitar la plaza cuando se decidió hacer un aparcamiento para el Congreso bajo la Carrera de San Jerónimo. Siza retiró las zonas ajardinadas que había, añadió más árboles y cubrió el suelo de granito. No hay bancos con respaldos; las bases que contienen la cepa de los árboles son los asientos.
Ciudad: Madrid
Agentes: Álvaro Siza
Edificios: Plaza de las Cortes
Autoría de la imagen: Álvaro Siza