En esta entrevista de Lola Fernández para el periódico Cinco Días el arquitecto navarro se lamenta del trato que reciben los arquitectos jóvenes y del abuso al que están sometidos los arquitectos por el sistema de concursos públicos .
18 de mayo de 2010

El I Congreso de la Fundación Arquitectura y Sociedad, que se celebrará en Pamplona, los próximos días 9, 10 y 11 de junio, contará con la presencia de cuatro premios Pritzker (el italiano Renzo Piano, el suizo Jacques Herzog, el brasileño Paulo Mendes y el británico Glenn Murcutt). Mangado atribuye el éxito de la convocatoria a sus directores, Luis Fernández-Galiano y José María Fidalgo. "Galiano es una de las mentes más claras e importantes de este país, tanto si hablamos de arquitectura como de otras disciplinas, y muy valorado internacionalmente".

Pero también se refiere a "lo ilusionante del contenido de este I Congreso". No oculta que actualmente estamos viviendo una "sensación de hartazgo de la arquitectura espectacular y vacua". Desde su punto de vista, la crisis económica ya ha generado un nuevo modelo donde los excesos no tienen cabida. "Muchos de estos arquitectos vendrán a Pamplona a reflexionar sobre el futuro de la arquitectura. Debemos recuperar esa idea de servicio si pretendemos seguir manteniendo un papel preponderante" advierte.

En el congreso se tratarán temas sobre cómo hacer una arquitectura más soportable, materialmente más responsable y cómo pasar de la belleza del icono a la belleza de lo común. De ahí su lema: Más por menos (optimizar los recursos para lograr más calidad con menos costes). "Espero que sea un encuentro muy intenso, donde se anuncien algunas maneras de ejercer la nueva arquitectura" nos cuenta Mangado desde una de sus obras, La Manduca de Azagra, en Madrid.

RESTO DE LA ENTREVISTA:

¿Cómo se le ocurrió la idea de crear la fundación?
Durante muchos años, los arquitectos hemos tenido una actitud muy endogámica que nos ha llevado a confundir los contenidos de la arquitectura. Mi intención fue buscar un instrumento que permitiera reflexionar sobre la idea de la arquitectura como servicio. Para ello, busqué personalidades en otros segmentos de la sociedad. Quince personas del patronato no son arquitectos y otras seis sí. La sorpresa ha sido extraordinaria, porque nos hemos encontrado con que toda esta gente es capaz, desde la distancia, de realizar reflexiones acerca de la arquitectura muy útiles.

¿Cómo ha sido agrupar a Isabel Tocino con José María Fidalgo?
Es increíble descubrir cómo gente, que pueden tener ideas políticas distintas, sin embargo, pueden trabajar juntos. Ambos tienen una materia común y es que son muy inteligentes.

Hablemos ahora de los jóvenes y la docencia, ¿qué le parecieron los cambios de Bolonia en la arquitectura?
Bolonia, en términos generales, no va a ser muy buena noticia porque disminuye mucho las enseñanzas técnicas. Creo que los arquitectos precisamente lo que debemos es profundizar en el aprendizaje técnico, en la realidad de los problemas.

¿Qué opinión le merece la precariedad de quienes empiezan?
Me parece una vergüenza. En mi estudio todos los que trabajan son arquitectos contratados. Muchos arquitectos han abusado durante estos años de la precariedad laboral. En los últimos tiempos, la arquitectura ha tenido ingresos muy importantes como para haber saneado la estructura laboral y haber sido más generosos. Estos arquitectos han sustentado muchos de los estudios. Yo me siento muy orgulloso de los jóvenes profesionales que trabajan conmigo. Soy consciente de que no podría haber hecho arquitectura sin ellos. Es justo que reclamen. Ahora se sienten expulsados de un mercado que los ha utlizado y que no les ha devuelto lo que se merecen. Es lamentable ver la situación en que nos encontramos y cómo se desperdicia tanta inteligencia y esfuerzo hecho por la sociedad para formar a estos profesionales.

¿Cree que en el sistema de concurso público actual también se desperdicia talento?
Sí, se está usando y abusando de los arquitectos. Se nos está confundiendo con unos proveedores de servicios, cuando realmente somos garantes de calidad. Se premia la rebaja de honarios, que va en detrimento de la arquitectura pero también de la buena gestión de los recursos públicos. Esto no ocurre con otras profesiones.

¿Y qué opina del visado?
Los visados tienen efectivamente que revisarse porque no significan una garantía. Los controles de los proyectos en términos de normativa urbanística los tiene que hacer la Administración.

Y por último, algo más personal, ¿por qué obra siente más cariño?
La única obra que sigo recordando con intensidad son unas bodegas que me destruyeron hace 15 años. Es el hijo que machacaron, los demás siguen su vida.

País: España
Ciudad: Pamplona
Agentes: Patxi Mangado
Agentes: Lola Fernández
Autoría de la imagen: Pablo Moreno | Cinco Días
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