17 de noviembre de 2008

Paredes Pedrosa: apuntes para una visión de Almería

EL MUSEO DE ALMERIA. LA CIUDAD Y EL EDIFICIO

1. El año pasado comenzábamos hablando con Alberto Campo de la experiencia con el edificio de la Universidad laboral de Almería de Cano Lasso. Este año, el apellido Paredes evoca otras grandes edificaciones cercanas en época y ubicación. ¿Qué relación tiene el estudio con Andalucía Oriental, en especial con Almería anterior al edificio del Museo Arqueológico?

Antes de la experiencia del Museo no habíamos tenido relación alguna con Almería. Cuando se convocó el concurso nos atrajo, de una parte la ciudad, andaluza y mediterránea, y de otra la colección arqueológica que se debía exponer en el edificio, colección que podría adquirir una dimensión extraordinaria si se exhibía con criterios contemporáneos, concebida como una instalación que expresara la relación de distintas artes en el tiempo.

Hace siete años que nos presentamos al concurso del Museo y desde entonces iniciamos con Almería una relación ininterrumpida hasta hoy.

Sí habíamos tenido sin embargo una relación intensa con Granada, arquitectónica a través de José García de Paredes con el que trabajamos durante diez años en algunos proyectos culturales y musicales a través de la Fundación Manuel de Falla a la que familiarmente estamos vinculados. Tuvimos ocasión de colaborar en la reconstrucción del Auditorio y de conocer de cerca este edificio emblemático de nuestra reciente arquitectura.

2. Almería está a la expectativa de que alguien mire sobre la ciudad. ¿Qué opinión os merece esta afirmación? ¿Cómo veis la singularidad de Almería como ciudad al margen del circuito de grandes ciudades monumentales de Andalucía?

Almería ha experimentado un crecimiento espectacular en los últimos años y es cierto que está falta de una mirada urbana, que no permita olvidar su compromiso con el futuro y que le impulse a acometer proyectos de transformación urbana de calidad. Quizá los últimos acontecimientos deportivos y arquitectónicos sí han sido capaces de devolver en buena medida esta mirada hacia la ciudad.

En el proyecto del Museo, el propio entorno urbano con edificios de gran altura y la densidad del ensanche sin apenas espacios públicos han sido determinantes del volumen y disposición de la edificación. Desde el concurso, la construcción de un nuevo espacio urbano fue tan condicionante parra nosotros como la creación de las salas del Museo. Este es el motivo de trasladar el acceso principal a espaldas de Carretera de Ronda y de liberar una plaza arbolada con palmeras que configuran un espacio público, recinto abierto a la ciudad y antesala del nuevo Museo.

La construcción del Museo, pensado como una pieza más de la ciudad, o la de otros edificios públicos, es la ocasión que tiene Almería de abordar operaciones urbanas que mejoren los ámbitos en los que están inmersos.

3. En relación a esto, ¿Cómo se puede realizar el moldeado de un momento tan delicado como el que vive Almería? ¿Creéis que puede hablarse de un momento de oportunidad?

Sin duda hay un momento de oportunidad para Almería. La ciudad ha cambiado mucho en los últimos años en los que hay un clima de optimismo urbano y económico. Es un buen momento para aprovechar las nuevas piezas urbanas como un conjunto de operaciones para la ciudad, piezas que se suman a otras que ya existen en una labor de mejora de la ciudad existente: creación de nuevos espacios públicos y verdes, coherencia en los materiales que los construyen….

De otra parte está la construcción de nuevas partes de la ciudad en las que es necesaria una visión global y lejana del plano de Almería, desde el casco, al ensanche, a la bahía…. para dibujar un crecimiento equilibrado que dará la necesaria calidad urbana, con la consideración de que en este nuevo plano las decisiones serán permanentes.

4. Hablemos de la experiencia de construir en Almería, en concreto del concurso, desarrollo y ajustes, es decir, ¿cómo contaríais el proceso de proyecto del Museo? ¿Cuáles son los valores proyectivos que más os atrajeron de la propuesta?

La construcción del Museo se ha alargado mucho en el tiempo. La arquitectura es una experiencia de tiempos largos: ganamos el concurso nacional en 1998 y se ha inaugurado estos días pasados. Los tiempos administrativos han sido largos y sin embargo el presupuesto ha sido muy corto, con lo que estuvimos obligados a activar cierto ingenio para materializar el edificio con los medios de que disponíamos. Conocimos de cerca las canteras de mármol de Almería que influyeron decisivamente en la elección de materiales del Museo. La construcción del Museo ha sido un diálogo continuado entre nuestros intereses arquitectónicos y el entorno, el cliente, la economía, los materiales, el programa….

5. El Museo y su vecindad con el Centro de Sanidad de la Junta de Andalucía, obra de Alberto Campo Baeza, actúa como generador de una nueva centralidad, capaz de sanar con su presencia los espacios contiguos. Cómo deberían tratarse, en vuestra opinión, los espacios públicos y los edificios culturales del siglo XXI?

Es cierto que ambos edificios se han mirado durante toda la obra. Desde el Museo tenemos una vista privilegiada del Centro de Sanidad y viceversa. De hecho las mejores fotografías de ambos edificios se han hecho desde el otro. También hemos recibido juntos ex – aequo el Premio Arco de Arquitectura. La construcción en paralelo, en el tiempo y en el lugar, de los dos edificios ha cambiado la fisonomía de Carretera de Ronda.

Hoy debemos afrontar el reto de dotar de calidad a los espacios públicos, calidad no solo de diseño sino entendida globalmente como respuesta enérgica frente a la degradación y al abandono. El espacio público es también un espacio cultural, de relación y encuentro entre las personas y no solo el vacío entre edificios. La calidad de vida de las ciudades emblemáticas lleva implícita la calidad de estos espacios urbanos y su cuidado y en este sentido desearíamos que la nueva plaza del Museo cumpla este objetivo.

6. En cuanto a la instalación de la exposición museográfica. ¿Qué criterios son los que a vuestro juicio se deben seguir en la instalación interior de este tipo de museos?. ¿Qué opinión os merece el resultado final del Museo de Almería?

Se ha manejado en estos últimos años un tipo de instalación mediática con la pretensión de acercar los museos al publico. Sin embargo en los nuevos museos europeos de contenido arqueológico, estos conceptos están superados y sus instalaciones expositivas tienen un objetivo científico y una intención de permanencia en el tiempo.

El enorm
e coste que tienen estas instalaciones, en el caso del Museo de Almería equivalente al presupuesto material del edificio, deberían propiciar unas museografías estrechamente vinculadas a la arquitectura del edificio y a las piezas que se exhiben.

Un museo actual también es motivo de expresar la relación de distintas artes en el tiempo: piezas prehistóricas, arquitectura contemporánea, música ó sonidos vinculados al lugar y al tiempo, imágenes de los yacimientos y filmaciones que transporten al visitante a un lugar: Almería; a una época lejana: la prehistoria almeriense; a una cultura: las personas que crearon los objetos expuestos. Todo ello con criterios plenamente contemporáneos y concebido para los espacios expositivos construidos.

Si el volumen compacto del Museo de Almería permite considerar el edificio como un cofre protector que atesora los objetos que el pasado nos ha filtrado, su luminoso interior, que está concebido como un continuo espacial, nos habla simultáneamente del carácter progresivo de las secuencias de la historia y de la diversidad que configura su unidad cultural.

A nuestro juicio, en el Museo de Almería los criterios han ido mas por los de una instalación temporal, en las que se permite mayores licencias dado lo efímero de su carácter, que por los de una instalación permanente dado el enorme valor de la colección arqueológica del Museo.

Así consideramos que no se debe transformar el legado histórico en una suerte de parque temático, cobijado en justificaciones falsamente didácticas, con criterios ya superadas que no ocultan su origen comercial.

El Museo de hoy, frente aquellos que pretenden instalarse en el siglo XXI mediante recursos escenográficos poco científicos, no tiene por qué buscar las sensaciones en contextualizaciones efectistas que desprecian el valor de las piezas auténticas y la propia capacidad intelectual del visitante.

Ángela García de Paredes e Ignacio Pedrosa, arquitectos

[www.paredespedrosa.com]