[Sergio Martínez]
Anatxu Zabalbeascoa destapaba la noticia la semana pasada en su artículo "No modificarás el proyecto de otro" en El País. Un juzgado daba la razón a los arquitectos José Selgas y Lucía Cano, que habían visto como la EMVS prescindía de sus servicios al no aceptar las modificaciones que les exigían desde la constructora adjudicataria de la obra, dejando en manos de un compañero la dirección de las obras y las modificaciones de su proyecto.
El recorte principal propuesto/impuesto en este caso por la constructora fue la supresión de una malla vegetal que recubría el proyecto. Esta envolvente estaba presupuestada en 600.000 € y buscaba mejorar las condiciones climáticas de las viviendas permitiendo mayores superficies acristaladas con las que se captaba una mayor cantidad de calor en invierno y que en verano se refrigeraba gracias a la sombra y humedad producidas por la vegetación de hoja caduca. Sobra añadir que la imágen del edificio dependía absolutamente de este elemento.
Por desgracia, este tipo de abusos, no son tan excepcionales en nuestra profesión. Sin ir más lejos, en este mismo artículo, A. Zabalbeascoa también señala otros ejemplos cómo el de las 40 viviendas en la calle del Calcio, de Acebo y Alonso (paralizado tras el cambio en la estructura de la EMVS) o el de Coll y Leclerc, que vieron como su proyecto se le adjudicaba a un "experto perito" amigo personal del supervisor de la EMVS. Al hilo de estas denuncias, en Scalae publicamos recientemente la intención de dejar fuera de la dirección de obras del auditorio de Lugo a Paredes-Pedrosa, arquitectos que ganaron el concurso y redactores del proyecto de ejecución.
Sorprende encontrarse que incluso en muchos de los casos en que los promotores hacen un esfuerzo importante en la elección del mejor proyecto posible, se siga menospreciando la importancia de la empresa constructora y la dirección de obra, valorando casi exclusivamente la bajada en el precio de la construcción y los honorarios, sin dejar espacio para la defensa de la calidad y el respeto al proyecto.
En este contexto, parece digna de celebrar la postura del Estudio Selgás Cano, que lejos de ceder a la presión de la constructora y la promotora para modificar su proyecto, decidieran defender sus derechos en los juzgados venciendo el miedo a perder un hipotético futuro encargo de un cliente tan importante como la EMVS. El resultado también es esperanzador, tras varios años de litigios la sentencia del juzgado dá la razón a los arquitectos afirmando que no se puede modificar unilateralmente un contrato y que "el edificio debe construirse de acuerdo al proyecto original". Esperamos que este éxito siente precedente y anime a otros compañeros y a los departamentos jurídicos de los colegios a seguir denunciando este tipo de abusos.
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REFERENCIAS
Ciudad: Madrid
Agentes: Anatxu Zabalbeascoa
Agentes: Selgas & Cano
Agentes: EMVS
Autoría de la imagen: Selgas & Cano