Los arquitectos Félix Arranz y Santiago Carroquino han sido los designados por la Universidad San Jorge como director y director adjunto de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Zaragoza (ETSAZ) de dicha institución educativa. La USJ pretende apostar por un modelo basado en la conexión con las principales corrientes españolas e internacionales de renovación profesional y, simultáneamente, apoyado en la experiencia e idiosincrasia de la arquitectura zaragozana y aragonesa.
El equipo de dirección ha avanzado algunas de las líneas de trabajo del centro, que en palabras de su director, Félix Arranz, pretende “asumir el plan de estudios preparado por la Universidad San Jorge y aprobado por la ANECA, introduciendo un matiz significativo y de carácter: la actualización de las necesidades de preparación intelectual, social, personal y profesional de una persona que será arquitecto dentro de cinco años en un contexto general de profunda renovación y reflexión colectiva, de cambio ineludible”.
De este modo, la nueva Escuela aborda en su tramo final de estudios de grado tres itinerarios formativos en los que el plan docente profundiza sobre la vigente definición generalista de los arquitectos -edificación, urbanismo y paisaje- ampliándola y complementándola con la necesaria implicación empresarial, de gestión de recursos, sostenibilidad y medio ambiente como segundo itinerario y con la mirada puesta en el patrimonio, la renovación y reocupación urbana como tercero.
Las tecnologías de información y comunicación constituyen el instrumental cotidiano de los estudiantes de arquitectura de la Universidad San Jorge, tanto para la producción documental como para la relación entre los sujetos, de modo que su espacio como objetivo didáctico y de experimentación es retomado por los métodos manuales y naturales de registro y expresión: el dibujo manual y la experimentación directa de la materia y la realidad.
Arranz y Carroquino han preparado un modelo formativo en el que las diferentes asignaturas de la carrera de arquitectura que se imparten en la Universidad San Jorge inciden en una organización que incluye las cuestiones necesarias de transmisión de conocimiento, metodológicas o instrumentales en convivencia con la generación de nuevas actitudes y con modelos de producción crítica, intelectual o profesional en conexión con la realidad.
Se trata de un modelo de enseñanza siempre aplicada, en el que incluso materias como las matemáticas, la física o la geometría encuentran un lugar para la producción documental, el análisis crítico o la propuesta social. Para alcanzar ese objetivo se plantea un sistema académico en estrecha relación crítica y productiva con lo cotidiano y próximo zaragozano y aragonés, en una circunstancia de “corredor europeo de nuevas oportunidades” que enlaza Madrid, Zaragoza y Barcelona con los principales centros urbanos internacionales y sus diferentes agentes institucionales y empresariales, públicos y privados, colectivos e individuales.
Para Arranz «la arquitectura debe ser entendida como un acontecimiento social, que tiene una raíz en los procedimientos constructivos, y que, tras el recientemente agotado modelo del frenesí especulativo y formal, encuentra en ciudadanos y arquitectos el acuerdo de un destino relacionado íntimamente con el bienestar, la convivencia, el respeto y la cultura de las personas. Es decir, la arquitectura, cuando está en las manos y en el pensamiento de los arquitectos -ya que los estudiantes de arquitectura se han de considerar arquitectos desde su primer día en la universidad- debe superar las barreras de los prejuicios, por defecto o por exceso, y de los apriorismos y convenciones sociales o profesionales para adentrarse solidariamente con el resto de los agentes y activadores de nuestra cultura en un territorio totalmente nuevo en el que los valores reclaman el cuidado de la esfera de lo personal y el compromiso de los patrimonios colectivos».
Carroquino ha precisado que “la escuela de la USJ de Zaragoza, en el trabajo e investigación de su profesorado y estudiantes, habrá de dar razón de estas nuevas necesidades y objetivos en un camino que sin remedio nos ha de llevar a anticipar el papel de los arquitectos para los próximos años. El objetivo está en contribuir al alumbramiento de una generación renovada de arquitectos y arquitectas con capacidades técnicas, de servicio y respuesta profesional corregidos y aumentados con sentido de la activación, participación, invención y promoción social, empresarial, económica, intelectual e incluso política, de base crítica y de fuerte compromiso con lo colectivo.»
Ciudad: Zaragoza
Agentes: Félix Arranz
Agentes: Santiago Carroquino