26 de febrero de 2013

J. Sansovino, biblioteca marciana. Venecia. dibujo por D. Moretti 1831

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[scalae pliego Rafael Moneo online]
4th extract | cuarto extracto

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[English] [ > Español]
Rafael Moneo: All the things I have built have been incorporated into everyday life, they have become instruments or tools to be used. I think it is highly satisfying for an architect to see his works not only in action –which would be the traditional expression of an architect still of the 20th century– but also, to recognise therein that specific condition of architecture which makes instruments of, or use of, such buildings. It is this ‘instrumental’ condition of the buildings, which ultimately justifies the figurative models that those of us who build work with, and which only makes sense when ‘life’ is finally incorporated into that work.

The way a building such as the Kursaal in San Sebastian works is very satisfying for me as the architect, because it is intensely gratifying to see it being used so intensely. So much so, that it has become the social space of the city par excellence, used by people for all types of functions. The way I see it, it is a great thing to see buildings being used. Although it might appear paradoxical, architecture is alive only when it is being used. When there is no life within, it becomes something else. This is why it is often so difficult to preserve old houses. It saddens me to see those houses that once belonged to artists, writers or politicians being preserved as foundations. I think it is acceptable to admit that buildings can be reinterpreted by whoever is using them. They should not be mummified. But the way I see it, buildings retain their status the more they are able to be useful, to be of service: and to be of service means to accept the changing nature of the various residents over time.

There is no doubt that the architect outwardly projects his way of seeing the world, and that he puts forward a certain way of understanding life to others, by way of the buildings he produces. He is most definitely committed to an ideology of one kind or another. Furthermore, from the relationship established between architects as professionals, and the society in which they undertake their work, architects do make statements and must respond in some way to what society expects of them. Manfredo Tafuri exposed the subconscious attitude of the wealthy patrons of Venice, in a specific historical situation, when he demonstrated how they resisted the Renaissance of Rome by placing themselves in the hands of Sansovino. Society and architecture go together, hand in hand. However, I do not believe that whoever commissions us with to undertake a project is always aware of what goes on behind the type of architecture we are producing, although there is certainly a certain degree of concurrence and complicity established between the two parties. Sansovino certainly did not conceive his buildings with the idea of a hidden criticism of the Roman Renaissance. This type of understanding can be explained more as a subconscious, rather than explicit, expression of ideology through architecture.

We cannot help but have an opinion of history, or of life itself. When we reflect on today’s cities –the connection between modern architecture and ancient cities– it is obvious that the architect must declare, from his own ideological standpoint and his own beliefs, what he believes to be most fitting for those who follow.

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[Español] [ > English]
Rafael Moneo: Todas aquellas cosas que he construido se han incorporado a la vida, han pasado a ser instrumentales, a ser usadas. Creo que es una satisfacción para el arquitecto el ver las obras no sólo funcionando -que sería la expresión tradicional de un arquitecto todavía del siglo XX- sino reconociendo en ellas esta condición específica de la arquitectura que hace de los edificios instrumentos. Es esta condición instrumental de los edificios la que justifica la escala figurativa con la que trabaja quien construye y que sólo tiene sentido cuando al final se incorpora la vida a la obra.

El comportamiento de un edificio como el Kursaal en San Sebastián ha sido para mí muy satisfactorio, pues es muy gratificante el verlo tan intensamente usado. Tanto, que se ha convertido en el espacio social de la ciudad por antonomasia, al que la gente acude para todo tipo de convocatorias. A mi entender es una gran cosa ver los edificios utilizados. Aunque pueda parecer paradójico, la arquitectura está viva en tanto se usa. Despojada de la vida pasa a ser otra cosa. Por eso es tan difícil a veces conservar una casa. Me entristece ver aquellas casas de artistas o de escritores o de figuras de la política que se conservan como fundaciones. Me parece que está bien admitir que la arquitectura se reinterpreta por quien la usa. No veo la arquitectura momificada. A mi modo de ver, la arquitectura está manteniendo su posición cuanto más es capaz de ser útil, de servir. Y servir significa aceptar esa maleabilidad de los distintos aposentamientos en el tiempo.

Sin duda el arquitecto proyecta desde lo que es su modo de entender el mundo y propone tal modo de entender la vida a los otros con las arquitecturas que hace. El arquitecto se compromete con una determinada ideología, seguro. Por otra parte, desde la relación que se establece entre los arquitectos como profesionales y las sociedades en las que desarrolla su trabajo, el arquitecto algo dice y algo tiene que ver con lo que esa sociedad está esperando de él. Manfredo Tafuri puso de manifiesto cuál era la actitud inconsciente que, frente a una determinada situación histórica, tenían los patricios venecianos al hacernos ver cómo se resistían al renacimiento romano al ponerse en manos de Sansovino. Sociedad y arquitectura van de la mano, parejas. Sin embargo no creo que quien nos encarga una cosa tenga tan claro lo que hay detrás de la arquitectura que estamos haciendo, si bien una cierta conjunción y complicidad se establece sin duda. Con seguridad que Sansovino no hacía su arquitectura pensando que en ella había una oculta crítica a las formas del Renacimiento en Roma. El acuerdo hay que explicarlo más en términos de inconsciente que de explícita expresión desde la arquitectura con la ideología.

No podemos renunciar a tener una opinión de la historia y de la vida. Que duda cabe que en torno a la reflexión sobre la ciudad de hoy -la relación de la nueva arquitectura con la ciudad antigua- el arquitecto tendría que decir, desde lo que es su ideología, desde lo que piensa, qué es más deseable para quienes vienen detrás.

 

–Traducción al inglés y revisión de la traducción: Maxine Hollewell y CathKidman–
–edición online: julio de 2022–

 

Agentes: Rafael Moneo