Una casa-secadero rehabilitada, en las cercanías de Granada, acoge la nueva sede de la Biblioteca Municipal de Ogíjares.
Una planta hipogea y un volumen sobre rasante se integran a la construcción preexistente para alcanzar la superficie necesaria requer
27 de abril de 2011

Los secaderos de tabaco son unas construcciones agrícolas tradicionales de la Vega de Granada, que se nutre de las aguas del río Genil.

La difusión de esta tipología está vinculada al cultivo de tabaco que se introduce a finales del siglo XIX en la Vega de Granada y adquiere mayor importancia a partir de los años veinte del siglo pasado. Esta actividad llegó a su auge en la década de los cuarenta, cuando más de la mitad de los terrenos cultivables del área se dedicaban a la producción tabacalera. Luego hubo una progresiva recesión hasta la crisis definitiva de los noventa, cuando dejó de ser un tipo de cultivo subvencionado.

Hoy quedan pocas áreas dedicadas a esta actividad, pero los secaderos de tabaco siguen todavía siendo una referencia dentro del paisaje de la Vega de Granada. Son las huellas más reconocibles de una larga e importante vida rural.

 Entre finales y principios de este siglo el crecimiento de los municipios de la Vega, que ha compañado la decadencia de las actividades agrarias productivas, ha provocado la progresiva ocupación y la transformación del paisaje rural en urbano.

Durante este largo proceso algunos secaderos han desaparecido; otros acabaron absorbidos dentro del tejido urbano de los diferentes centros de la Vega, como en el caso del edificio objeto de esta rehabilitación.

 La preexistencia y las nuevas necesidades

 El proyecto de Rubens Cortés, elegido entre las 42 propuestas presentadas a concurso que  proponía que el edificio preexistente, de 250m2 construidos, alojase la nueva sede la Biblioteca Municipal de Ogíjares. Para poder contar con la subvención de la Junta de Andalucía la  biblioteca tiene que contar con ,al menos, 600 m2 útiles (por ser Ogíjares un municipio de más de 10.000 habitantes). Para alcanzar la superficie mínima establecida se añaden a la casa-secadero una planta hipogea, fuera del perímetro de la ruina, y un nuevo volumen constituido por una estructura de madera, liviana y reversible. Esta estructura que cimenta sobre muros de hormigón, duplica la longitud de la nave mayor y mantiene la crujía evocando las típicas estructuras de los "secaderos de palo", posiblemente la tipología más común y reconocible en la Vega del Genil.

 El análisis del edificio y las evidentes transformaciones a las que fue sometido en diferentes fases permiten observar cómo, muy probablemente, el complejo original estaba constituido por dos edificios exentos, siendo el menor una vivienda y el mayor un secadero de tabaco (una nave con estructura en machones de ladrillo).

 limitada posibilidad de construir La normativa local impone una fuerte limitación de la edificabilidad: al ser la casa-secadero un elemento integrado al Parque se San Sebastián, un espacio verde, la normativa permite una edificabilidad máxima sobre rasante del 1% sobre los 9.200 m2 totales del parque. Además, esta superficie puede ser ocupada exclusivamente por elementos efímeros o estructuras completamente reversibles.

 Esta estricta imposición se convierte en un recurso para el autor del proyecto. De allí surge la necesidad de recurrir a una planta enterrada para responder a parte de los requerimientos del programa, mientras la limitada edificabilidad se traduce en el volumen de madera: un nuevo secadero que es una máquina que nace de los limitados recursos a disposición, según las sabias enseñanzas de los anónimos constructores tradicionales.

País: España
Edificios: Biblioteca Pública María Lejarrága. Ogíjares (Granada)
Autoría de la imagen: m57 arquitectos
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