[captura] Se trata de una entrevista en el diario lne.es, "Asturama", donde la respuesta del Pritzker español, ahora Premio Príncipe de Asturias, a la pregunta-observación del entrevistador Andrés Montes: "La arquitectura sostenible es ahora un concepto muy reiterado ¿Cuándo se convirtió en insostenible para que tengamos que recurrir a esa idea?" es:
"La arquitectura que escondía la estricta supervivencia de los tiempos primeros es la arquitectura más sostenible, la que se hace con materiales próximos, que exigen menos transporte. Es un ambiente en torno de la actividad humana que considera en términos pasivos el consumo de energía. A medida que la energía ha ido incorporándose a lo estándares de confort ha exigido un mayor consumo del que nos costará mucho prescindir. La arquitectura que ahora se reclama como sostenible es más la expresión de un deseo voluntarista de restringir el uso de la energía pero sin renunciar a esos estándares. Se siguen construyendo torres en altura que tienen grandes exigencias o se edifica en zonas en condiciones climáticas extremas y se dice que las técnicas ayudan a reducir el consumo de energía. Pero eso, sin llevarlo hasta sus últimas consecuencias y hacer actividades realmente sostenibles, es más la expresión de un eslogan político que otra cosa."
En otros momentos de la misma entrevista se comentan, por activa o por pasiva, las trayectorias de otros arquitectos anteriormente galardonados con el Premio Príncipe de Asturias como Foster, Calatrava, Oíza o Niemeyer o, también, circunstancias locales no tan difundidas como la de la renuncia del arquitecto navarro al encargo de un auditorio en Oviedo por discrepancias sobre el emplazamiento idóneo. Concretamente, a la pregunta "¿Qué sensación le produce recordar la ocasión frustrada de construir un auditorio en Oviedo?" contesta Rafael Moneo: "Me da tristeza. Pienso en lo que pudo haber sido. Tengo mi obra extendida por muchas ciudades de España, lo que me proporciona la fortuna de establecer relaciones con lugares que acabas haciendo tuyos y me hubiera gustado muchísimo que Oviedo fuera uno de ellos. Cuando recuerdo lo que ocurrió me alegra pensar que me porté como debía. Identifiqué el suelo que me parecía más apropiado para ese auditorio y alguien vino detrás que lo aprovechó. En ciudades como Oviedo, ese tipo de edificios es importante incorporarlos al centro neurálgico de la ciudad. El éxito del Kursaal de San Sebastián no está sólo en la calidad de la arquitectura, sino también en su centralidad."
La entrevista, muy directa en sus preguntas y valiente en las respuestas, acerada y precisa, ofrece una visión en la que se considera que las opiniones son personales, y en consecuencia no públicas, de modo que alternativamente lo que se ofrece como respuesta no son tanto críticas o intuiciones sino que reiteradamente manifiesta conjuntos de valores y categorías que van situando personajes, situaciones y conceptos "donde corresponde". Poner las cosas en su lugar. Puede que esa lógica, y el hábito de encontrar fundamentalmente opiniones en los medios de comunicación, pueda desorientar a personas cuya distancia con los planteamientos ilustrados y el pensamiento científico resulte, por un motivo u otro, insalvable.
A modo de ayuda, quizás, y por dejar también esa cuestión en su lugar, Rafael Moneo aborda en otro momento de la entrevista su modo, desde el oficio, de entender la crítica o, mejor, la reflexión crítica. La pregunta desencadenante es: ¿Cómo funcionan sus dos facetas profesionales, la de proyectar y la docente? ¿Se retroalimente una a otra?, a lo que Rafael Moneo contesta: "Sí. El catalizar el trabajo profesional mediante la obligación de dar testimonio público y repuesta a los estudiantes respecto a lo que son tus ideas sobre la arquitectura es algo que redunda en beneficio de tu trabajo profesional. Uno de los aspectos más atractivos de mi tarea es aquel que introduce ese componente de indagación, de investigación sobre el significado y la evolución de la arquitectura que va más allá del estricto profesionalismo. Considerar la arquitectura como un capítulo más de la cultura que nos envuelve da sentido a esta actividad de la docencia como el modo más natural de introducir esta reflexión crítica continuamente en el trabajo. No veo otro modo de hacer la práctica profesional que inoculando esta necesidad de reflexión crítica, de conciencia de la contribución al medio cultural."
Finalmente, respondiendo a una pregunra sobre el protagonismo de los "autores de arquitectura", arquitectos, -reconocemos que estamos desordenando el orden aparente de las preguntas/respuestas de la entrevista tal y como se ha publicado- el arquitecto navarro sintetiza en un párrafo la actitud, las motivaciones y los principios de raíz que ha entendido y transmitido desde una real vocación: "La contribución que yo haya podido hacer como arquitecto con una carrera avanzada y como docente, dando testimonio de lo que uno entiende como principios de la arquitectura, está en evitar eso. Es lo más personal de mi aportación, la consistencia en mantener una relación entre la nueva construcción y lo existente como algo que se produce en continuidad."
Se pueden decir otras cosas, totalmente opuestas si se quiere, se puede decir también mas alto pero difícilmente mas claro. Sin duda Moneo es un maestro de la arquitectura, pero más si cabe del lenguaje, y no desperdicia una entrevista de un medio local para ratificarlo. La cues
tión es: ¿Está dispuesta la audiencia general a entender este modo argumental? Porque, por ejemplo y volviendo con ello al principio y titular de esta nota en ningún momento discute Moneo la sostenibiidad como tal -que a su modo asume y elogia- sino que, tranquilamente, se limita a poner en su lugar a quienes gustan de definirse, ofrecerse, como arquitectos de arquitectura sostenible: en el puro y simple mercado.
[con agradecimiento a la Fundación Arquitectura y Sociedad que ha difundido la referencia de la entrevista aquí recogida]
Agentes: Andrés Montes