20 de febrero de 2013

Principios y procesos de una situación plural.
sobre sinónimos que no esperábamos tan apenas hace un lustro o sobre la (nueva) circunstancia del FAD que no por nueva es desconocida sino todo lo contrario: reto y futuro de las instituciones culturales y de la propia ciudad de Barcelona.

Tuvimos ocasión de referirnos a la institución barcelonesa del FAD, Foment de les Arts i del Disseny -antes Foment de les Arts Decoratives- con ocasión de la última convocatoria a elecciones de Junta de Gobierno, en la primavera de 2009, en la que competían las candidaturas presididas por los arquitectos José María Torres Nadal y Miquel Espinet; mas recientemente cuando se anunciaba el inicio de las negociaciones de la institución con el Ayuntamiento de Barcelona orientadas a su (posible) traslado al Centre de Les Glories, en la primavera del año pasado; o cuando aventurábamos desde este mismo boletín posibles quinielas en torno a la edición 2012 de los Premios FAD presidida por Guillermo Vázquez Consuegra, en verano también del año pasado.

Y, sin comerlo ni beberlo, resulta que en este momento está abierta la convocatoria de los premios FAD 2013 que -dentro del FAD- organiza la asociación interdisciplinar del ARQUINFAD que preside la también arquitecto Silvia Farriol; están a la vista las actualizaciones de las Juntas del FAD y del ARQUINFAD al agotarse próximamente sus respectivas «legislaturas» y dentro de escasamente horas, el jueves 21, tendrá lugar el referéndum convocado a la masa social de las asociaciones integradas en el FAD sobre el (posible) traslado desde la sede actual del Convent dels Angels, en el barrio del Raval, al nuevo y flamante Centre de Les Glories -antes dHub o Museo del Disseny- que Oriol Bohigas y MBM acaban de entregar como obra concluida, en la pujante Diagonal Sur de Barcelona. Vaya, que todos los frentes están abiertos justamente ahora, en pleno, duro y «recortado» invierno de 2013.

Dada la inmediatez de la consulta, que resulta especialmente relevante en tiempos en que en Barcelona y Cataluña nos hemos habituado a plantear, revisar y reivindicar tanto identidades como espacios independientes de convivencia, nos centraremos en esta ocasión en la oportunidad de la (posible) nueva ubicación en el contenedor compartido con los museos de las artes y el diseño de Barcelona y con la institución empresarial Barcelona Centre de Disseny. Vaya por delante que no es la primera ocasión en que el FAD plantea su traslado, siendo las sedes previas el crisol de la cúpula del cine colisseum, de 1936 a 1971, y los locales de la calle Antoni Brusi, en Sarrià-Sant Gervasi, de 1971 a 2001. Indiscutiblemente los traslados anteriores estuvieron ligados a cambios sustanciales en el alcance, identidad y oferta de territorio público del FAD. También ahora.

De hecho lo espontáneo, directo -y seguramente cabal- es entender la propuesta actual como un salto hacia adelante, tanto del Ayuntamiento como de la actual junta del FAD, en el que el eventual desplazamiento ha de suponer no sólo una nueva mutación, al alza, de la centenaria institución -aunque sólo sea por la disponibilidad de un metraje y variedad de espacios inéditos hasta ahora o por la re-ubicación en un lugar relacionado con la imagen inminente de la ciudad del S XXI- sino también una razón real de supervivencia, en momentos como los del presente invierno en que razón de ser, sostenibilidad, vida, compartir, redes y economía de emergencia son (casi) sinónimos. Venga entonces ese traslado, en el espíritu republicano e independiente que hace unos meses reclamábamos para un FAD abierto y, también, en esa posible complementariedad en la que el Ayuntamiento de Barcelona pudiera mantener una parte de las instalaciones actuales del FAD -el acceso, la sala Fórum y la Cripta- como un espacio «lanzadera» en el centro (antiguo) de la ciudad, quizás compartido con el propio ayuntamiento y con el futuro inquilino del Convent dels Angels, el MACBA, como tienda y como oficina de información cultural específicamente referida a arquitectura, interiorismo, diseño gráfico e industrial, moda y orfebrería. Una lanzadera, escaparate-espejo, de todo lo que ocurra en el lugar donde Ildefonso Cerdà imaginó el centro neurálgico de la capital catalana y el tiempo, las circunstancias y la suerte han terminado por darle razón: el (nuevo) Centro (de las Glorias) de Barcelona. Sólo falta el parque y estará el puzzle completo.

Recíprocamente no parece una locura pensar que también el MACBA dispusiese de un simétrico espacio lanzadera en el «parque» del Centre (de Barcelona) de les Glories, ¿vale…? A votar. A por el parque.

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