12 de abril de 2020

… a propósito de Luis Arranz Pablos

Las gentes que convivimos en el planeta tierra compartimos una diversidad geográfica, genética, social, política y cultural de profundas raíces milenarias. Nuestros lugares, nuestro tiempo pasado y presente, nuestros acuerdos y desacuerdos, tienen forma y sentido como fruto directo de esa condición simultáneamente general y particular, global y local, que abanderan la tolerancia y la diversidad.

Situados hoy, en la perspectiva de la peculiar condición ibérica y mediterránea, tenemos la fortuna de celebrar acontecimientos notables, que amplían y prolongan el aprecio por la diferencia, el patrimonio y la tolerancia colectiva. Acontecimientos que no sólo proceden en el tiempo contemporáneo de la algarabía o sincronía de quienes rigen y administran nuestra convivencia desde las responsabilidades públicas o de las tribulaciones de quienes privadamente custodian claves de influencia o poder. Acontecimientos también procedentes, en medida espléndida, del talante y comportamiento anónimo, individual, recto, incondicional y cumplidor de personas sencillas, que desde el silencio construyen con sus manos los hechos mismos de la realidad.

Personas que dicen poco y hacen mucho, sin pretensiones heroicas ni ejemplarizantes, que cumplen y acontecen día a día el compromiso nato básico de todo ser humano. Compromiso  pertinente que, quizás, pudiera ser facilitar para sí y sus semejantes el espacio, la vida, las oportunidades y el respeto de lo propio y de lo ajeno; sin perjuicio de la memoria del pasado, del presente del lugar que nos acoge ni del futuro de las generaciones por venir.

Personas que desde posiciones, cometidos, oficios y labores discretas, anónimas por lo general, se han forjado con tenacidad, visión, iniciativa, capacidad de trabajo, sentido de equipo, voluntad de comunicación y una inmensa e incondicional generosidad.

Personas de enlace, caracterizadas por su seria y contagiosa simpatía, por la confianza que promueven entre diferentes, por su sentido innato de la tolerancia.

Personas que, aún atesorando motivación, fortaleza y experiencia, un día cualquiera se descubren inusitadamente frágiles, quebradizas como la mas delicada de las porcelanas, abatidas por algo extraño que se abre camino por las fisuras abiertas en el desgaste natural de su organismo. Para desvanecerse de su paisaje cotidiano, en un ahora desgarrado silencio; con una sorprendida, desconcertada sonrisa última.

Personas que son la generación de nuestros padres y abuelos.

Se están yendo de nuestra realidad, del tiempo presente, de un modo imprevisible, de una manera precoz, por una puerta trasera al parecer ineludible.

Ofrecemos brindar por esas personas, darles las gracias.

Brindar por las personas de una generación que nacieron o crecieron sobre los rescoldos de un incendio fraticida, que tuvieron que inventarse a sí mismas a la vez que inventaban –con paciencia, en su lenguaje de pocas palabras pero cómplice con la sensatez, ajenos a las torpezas de autoridades artificiales, sordos a las consignas del oportunismo– los modos y maneras de nuestra sociedad, de nuestras ciudades, de la arquitectura y los espacios colectivos que hoy nos regalan umbrales, nos albergan y nos permiten relacionarnos ignorando el consumo, leales a lo necesario: nos conectan para hacernos libres, en suma.

Personas que como Luis Arranz Pablos* han dedicado su vida a contribuir en la conexión entre los agentes que participan en la formación, promoción, debate, materialización y puesta en valor de la arquitectura como un bien intelectual, técnico y social. Personas que desde la artesanía, la industria y la iniciativa empresarial han establecido un diálogo con profesionales, profesorado e investigadores para el reconocimiento de los valores y procedimientos ancestrales, el debate crítico de sus relatos, el perfeccionamiento de las técnicas y los materiales constructivos, el desarrollo de sistemas equilibrados y solidarios de comercio o la precaución por la seguridad vital, laboral de quienes viven exclusivamente del resultado de su trabajo.

Luis Arranz Pablos, con su magisterio diario de hechos, respeto y tolerancia, ha sido un constante inspirador, un motor oculto, para las personas que, desde el activismo de SCALAE nos esforzamos en ofrecer contenido, documentar y reconocer las conexiones intelectuales, críticas, técnicas y humanas que fundamentan aquellas situaciones que desde la arquitectura nos hacen mejores.

En la avanzadilla que quienes han hecho frente forzado a la pandemia que azota el planeta, Luis Arranz Pablos apagó en silencio el brillo de sus ojos, la luz de su sonrisa, para dejarnos como testimonio, cuando menos, dos regalos inmensos: la infinita confianza y aprecio que, a manos llenas, repartió en vida y la contagiosa alegría del niño feliz que nació para ser agricultor y terminó por sembrar el ejemplo fértil de los hechos de quien siempre supo pero jamás impuso que su felicidad era la que reconoció en todos y cada uno de sus semejantes, muy especialmente en su mujer, Adoración, y en sus hijos Pablo, Marta, Alberto y Luis Félix.

L. Félix Arranz, SCALAE, 12 de abril de 2020

(*) Luis Arranz Pablos nació en Sarracín (Burgos) en el solsticio de verano de 1936 y falleció en Zaragoza el 4 de abril de 2020. Sus raíces familiares, en cuanto hijo de Arranz, se remontan a un linaje que tiene su leyenda de origen en quienes procedentes de la isla Arran -situada en la parte norte del estrecho que separa entre si las islas británicas- se establecieron en el tiempo de las migraciones procedentes del norte continental en zona de la vega del Duero próxima a la actual Peñafiel. En cuanto hijo de Pablos la leyenda de su linaje presume ancestros que desde la ciudad de Lerma, próxima a Burgos, impulsaron el comercio y servicios públicos generales, como el del transporte de diligencias, o llegados al siglo XX, de la agricultura y de los servicios de comunicación telefónica en la villa de Sarracín y en localidades del norte peninsular ibérico. (>>> ver reseña curricular completa)

refs:

Pour savoir ce que les gens pensent vraiment, faites attention à ce qu’ils font, au lieu de ce qu’ils disent. René Descartes

Love is wise, hatred is foolish. (…) We can only live together in that way, and if we are to live together and not die together we must learn a kind of charity and a kind of tolerance which is absolutely vital to the continuation of human life on this planet. Bertrand Rusell

[CRICURSA] [LAMP] [GEZE] [COSENTINO[REYNAERS] [PERGO] [ROCA] participan en el consejo industrial y editorial de scalae 2020, scalae.net y la colección internacional de ebooks de arquitectura y arquitectos.

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