a propósito de las convocatorias, casi coincidentes en el tiempo, de elecciones para la presidencia del CSCAE 2026-29 y dirección de la ETSABarcelona 2026-31
[SCALAE, editorial]
[Ilusión]
Del lat. illusio, -ōnis.
1. f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
Sin.: espejismo, burlería, delusión, visión, ensueño, fantasmagoría, imaginación, fantasía, quimera, miraje, ideal, fatamorgana, alucinación, delirio.
2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
Sin.: anhelo, esperanza, deseo, confianza, fe.
Ant.: desilusión, desesperanza.
3. f. Viva complacencia en una perso
Le pasaba a cualquiera, algunos años atrás: justo en el momento decisivo, el programa de CAD se colgaba, el plotter dejaba de comunicarse con el ordenador o el protocolo de plumillas se desconfiguraba al lanzar el último plano. Era habitual recurrir, como consuelo, a algo que contábamos en el editorial de enero: la anécdota del informático que, ante un coche que no arrancaba, propuso: “¿Y si salimos y volvemos a entrar?”.
Que era, habitualmente, la solución de desconsolados.
Puede que hayamos olvidado aquellas cuitas confiados en la eficacia de los sistemas inteligentes que hoy nos acompañan: móviles, portátiles, teleconferencias, domótica, electrodomésticos, vehículos… todo funcionando con una solidez (casi) transparente, enlazada en red.
Salvo cuando llega un apagón, claro, pero ese es otro capítulo.
El caso es que, en este presente tecnológicamente vertiginoso y aparentemente estable, empiezan a aflorar con una frecuencia desesperante “errores de sistema” —u obsolescencias— en los protocolos, procedimientos y mecanismos de gobernanza de las instituciones por las que transitamos como arquitectos: administraciones, colegios profesionales, escuelas de arquitectura, mutuas, aseguradoras…
Ya lo apuntábamos en editoriales anteriores a propósito de la sangrante deriva de la previsión social ofrecida por las mutuas alternativas al sistema público.
En nuestro ámbito, “salir y volver a entrar” puede parecer no ser solución actualmente, pero sí una actitud útil, cuando menos: la de tomar distancia para advertir hasta qué punto han quedado desfasados los sistemas de elección de representantes. Sistemas que, en ocasiones, lejos de acercar, fomentan la incomunicación y la distancia, al basarse en votos de distinto peso según jerarquías internas o de compromisarios, en cadenas “a la Groucho” de «representantes de representantes de los representados».
La parte contratante, si.
Con un riesgo enorme de consecuencias, por otra parte: como advertía Simone Weil: “(…) nuestro gran adversario sigue siendo el aparato, (…) aquel que se presenta como nuestro protector y nos convierte en sus esclavos. En cualquier circunstancia, la peor traición será siempre subordinarnos a ese aparato y pisotear, a su servicio, todos las valores humanas que hay en nosotros y en los demás.”(*)
Por eso es especialmente valioso que, aunque no modifique aún las reglas del juego, las candidaturas a la presidencia del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos y a la dirección de la ETSAB hayan decidido redactar primero y hacer públicos después sus programas y, además, sintetizarlos en locuciones accesibles a cualquiera. Es todo un paso de des-aparatización, de acercamiento.
En el CSCAE esto supone romper la tradición del tráfico de unos programas que se detienen en las juntas colegiales sin llegar a los colegiados y con ello introducir una cuña en la lógica de un sistema donde los únicos votantes son los consejeros —decanos y presidentes colegiales— lo que deja poco o ningún espacio para debates reales, abiertos; deja fuera a la comunidad representada en el riesgo de perder la lectura de lo cotidiano, de la tozuda realidad.
En la universidad, aunque vota toda la comunidad, los pesos diversos del «voto según quien vote»siguen marcando jerarquías que no facilitan una lectura común del futuro de la institución. Mucho menos la ilusión, con lo que la consecuencia final en ambos casos puede ser terrible: que la mayoría se desentienda de sus propios representantes; algo que, cuando salta a otros ámbitos de la vida en comunidad, como la política local o nacional… bien, ya sabéis lo que pasa o parece pasar. A río revuelto…
Escuchemos, pues, el regalo de las locuciones que se nos ofrecen como un primer “salir” que permita, ojalá, un “volver a entrar” distinto en un momento en el que nuestras sistematizadas instituciones de arquitectura afrontan reformas necesarias, profundas y urgentes: planes de estudio, infraestructuras docentes, redefinición de competencias de conocimiento y de atribuciones de oficio y profesionales, reglamentaciones de todo tipo, técnicas y legales y, sobre todo, mecanismos de representación acordes con la realidad, con los instrumentos y recursos de conexión y comunicación contemporáneos. Viejos protocolos producen hoy sistemáticamente “errores de sistema”, incapaces de responder a una profesión y a una enseñanza que debieron ponerse al día hace años. Reconozcámoslo: llevamos algo de retraso.
Queda agradecer y reconocer la valentía de quienes se presentan y prestan a la labor de conducir nuestros vehículos: roles ingratos, de enorme sacrificio personal, si se ejercen con responsabilidad, seriedad y con la comunidad como prioridad, antes que el beneficio propio.
Ojalá logren evitar el egoísmo de la comodidad personal de acamparse en vehículos varados, sostenidos por la ilusión del resto de todos nosotros, sin remedio ilusos, cuando la luz y el motor convienen… apagados.
Así no se juega.
Quizás “volviendo a entrar”, empujando, observando, avisando, colaborando, conectados, podamos entrar de una vez en un XXI decente.
Mas nos vale.
Y una cosa mas: el miércoles 26 por la tarde tenemos una cita en la sesión universal que la asociación de mutualistas arquitectos ha organizado para dar respuesta a todo aquello que se quería preguntar, y hay quien se ha atrevido a hacerlo, sobre los sistemas de previsión social, jubilaciones y pasarela al RETA.
Así se juega.
Este es el enlace:
https://youtube.com/live/0TGNzFtVvLE
Félix Arranz
Arquitecto y editor de SCALAE
Ilustración: votar arquitectura (IA)
(*) (Simone Weil, “Réflexions sur la guerre”, 1933) «(…) notre grand adversaire demeure l’appareil, (…) celui qui se nomme notre protecteur et fait de nous ses esclaves. Quelles que soient les circonstances, la pire trahison consistera toujours à nous subordonner à cet appareil et à fouler aux pieds, à son service, toutes les valeurs humaines en nous et chez les autres.»
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