Jordi Badia pertenece a la ‘generación Pelargón’, la de los nacidos alrededor de 1960, una generación muy numerosa a la que no le han puesto las cosas fáciles pero que, en cambio, se ha esforzado en allanar el camino de la siguiente, y también los caminos de las anteriores. Una generación muy sacrificada. De pequeño le gustaba ver a su padre (pintor) trabajando, le gustaba escuchar la música fluyendo desde el estudio, ver el espacio, los libros apilados, la relación de su padre con el trabajo, la ilusión… Entonces tuvo claro que, por su pericia, no podría vivir nunca de la pintura e -¿ingenuamente?- creyó que la arquitectura sería la solución. Desde entonces, paso a paso, ha evolucionado hasta crecer y dar un paso adelante. En un nuevo estudio, mayor, tanto él como su equipo, BAAS, han recuperado el gusto por las maquetas y experimentan a escala 1:50 estructuras desmontables, manipulables, puramente de trabajo, que les permiten entrar dentro del edificio. En esta conversación razona Jordi Badía los retos que suponen los proyectos públicos, la naturaleza cambiante de la arquitectura y la importancia de evolucionar con ella.
Agentes: Jordi Badia