Procedente de una familia que no tenía vínculos previos con la arquitectura, por consejo paterno basado en su habilidad como dibujante y en las posibilidades profesionales, Antonio Cayuelas hizo la carrera de arquitectura en Sevilla. En la ETSASevilla de los 80 recoge una tradición de oficio de profesores como Guillermo Vázquez Consuegra en un momento en que Aldo Rossi tenía todavía peso en la cultura de la ciudad andaluza y “la arquitectura de la ciudad” es lectura de cabecera. Su afición tiene que ver con el diseño, con la escala pequeña de lo industrial, objetos articulados, carpintería, las habilidades de las máquinas, materiales… Se considera de una generación, tercera sevillana, compartida con Pepe Morales, Ignacio Rubiño… que dedicó tiempo y esfuerzo a los proyectos relacionados con la expo ’92 de Sevilla. Participó en la puesta en marcha de la librería cooperativa Guadalquivir, con Ricardo Alario. En ese momento los trapicheos de librero unidos a un hablar inglés con algo de soltura le permitieron compartir turismo sevillano y mantel con arquitectos atraídos por la convocatoria del 92 como los Herzog & de Meuron, Peter Zumthor, Dominique Perrault… Entusiasta del CAD, desde sus primeros inicios a principios de los 90, y de los procesos de proyecto, Antonio disfruta especialmente en las situaciones de dirección de obra. Autor de la rehabilitación del ayuntamiento de Riotinto y, recientemente, del edificio de Servicios Generales y Biblioteca de la Universidad de Linares y de la Nueva Sede para Neuron Bio en el Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud de Granada. Antonio completa su experiencia con la docencia de proyectos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Granada.
(grabación original: marzo de 2014)