[Jaume Prat]
Salt es una localidad ubicada al suroeste de Girona, que, justo antes de la situación actual, experimentó un gran crecimiento. Una de las respuestas de la ciudad a las necesidades de sus nuevos habitantes fue agrupar equipamientos en una supermanzana. En ella se decidió ubicar la comisaría de la policía local, en uno de sus límites, adyacente a un parque con árboles crecidos. El edificio es el producto de un concurso ganado por los arquitectos Josep Ferrando y Sergi Serrat, asociados para la ocasión.
A la entrega del proyecto de ejecución se les amenazó con la intención del ayuntamiento de no contar con el equipo redactor para la dirección de obra. El contencioso se solucionó con los arquitectos asumiéndola, obligándoles a renunciar a cobrar los dos ejecutivos extra, que equivalen a una dirección de obra. Al término de las obras, con el edificio todavía sin entregar, el ayuntamiento, que en el proceso había cambiado de color político, decidió ampliarlo organizando una supercomisaría para la policía local y los Mossos d’Esquadra. Por el camino, los arquitectos, sin el apoyo de los promotores iniciales, fueron ignorados para la realización del proyecto, teniendo en cuenta tanto que el edificio original contemplaba su ampliación como las bondades del edificio.
Así, se está adosando un nuevo cuerpo al recientemente terminado de un modo ajeno al edificio original, que se concibió en dos plantas, muy compacto, con escasas oberturas al exterior, poco aconsejables en un programa de estas características, respirando a través de patios. La planta superior, semiprivada, se sitúa sobre la entrada para matizarla. Este gesto optimiza, también, las circulaciones.
El edificio se realizó ajustado al presupuesto, con gran austeridad, una paleta de materiales pobre, durable, que minimiza el mantenimiento y se adecua con la función. El exterior se caracteriza por unos paneles de hormigón prefabricado grabados verticalmente con un módulo que se asemeja a los troncos de la masa de árboles adyacente, que da al conjunto una gran vibración e intensidad.
El resultado logrado por los arquitectos, tanto en términos económicos como programáticos como de ajuste al presupuesto, hace incomprensible la decisión actual de no contar con ellos para su ampliación. Esto es una muestra más del desprestigio al que cierta parte de la profesión ha arrastrado a los arquitectos que cumplen sus objetivos con un grado de dignidad que no hace otra cosa ejemplificar lo que tendría que ser la disciplina. También lo es de la falta de planificación de determinados dirigentes políticos, que, aun en tiempos de crisis, equipan las ciudades en función de sus réditos políticos más que de sus necesidades.
Ciudad: Salt
Agentes: Josep Ferrando
Agentes: Sergi Serrat
Edificios: Comissaria de Salt
Autoría de la imagen: Adrià Goula