…cuando «salir y volver a entrar» no es la manera, cuando dejamos la vela para dar paso a la electricidad…
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[SCALAE, editorial]
[error]
Del lat. error, -ōris.
1. m. Concepto equivocado o juicio falso.
2. m. Acción desacertada o equivocada.
Sin.:equivocación, desacierto, yerro, fallo2, confusión, equívoco, errata, falta, disparate, inexactitud, descuido, desliz, falsedad, mentira, falla1, erro, paseada.
Ant.: acierto.
3. m. Cosa hecha erradamente.
4. m. Der. Vicio del consentimiento causado por equivocación de buena fe, que anula el acto jurídico si afecta a lo esencial de él o de su objeto.
5. m. Fís. y Mat. Diferencia entre el valor medido o calculado y el real.
Algo ha ocurrido en el “sistema” universitario cuando los centros que se ocupan de administrar la concesión de competencias y atribuciones como arquitectos, –en España las Escuelas Técnicas Superiores de Arquitectura, públicas y privadas– han de dedicar tanto esfuerzo para aplicar leyes como la LOSU. Leyes, reglamentos, que excluyen, minimizan o jerarquizan al escalón de la irrelevancia la participación en los programas docentes y procedimientos académicos del profesorado profesional “asociado”, necesariamente prestigiado y en ejercicio profesional. Sistema que apunta a unos rígidos cuadros de personal docente e investigador en exclusividad. Catedráticos, agregados, lectores… arquitectos y arquitectas que en la angustia de cumplir las tareas docentes, administrativas, investigadoras y los protocolos de actualizaciones personales de acreditaciones y méritos académicos no dejan margen, o resulta escasamente residual, a la labor profesional. De hecho tiene lógica que una parte substancial de ese profesorado de dedicación exclusiva se auto-inmole y descarte para siempre la actividad profesional como arquitectos. Dejan de colegiarse, abandonan la condición de “autónomos”, no pocos para evitarse problemas legales e incompatibilidades.
Todo ello no quita que el exclusivo universitario sea personal informado, erudito, en arquitectura, construcción, teoría, historia, tecnologías, urbanismo o proyectos. Son gentes de capacidad demostrada, con criterio, ganadoras de plazas laborales de funcionariado por oposición… pero obligadas por ley y contrato laboral a la desconexión al 99% de la “realidad”, el tiempo presente, del ejercicio profesional.
Porque la ley se cumple si o si. ¿o no?. (1)
Hay mas… una contradicción en arquitectura que tiene categoría de error, ya que si atendemos a la concesión oficial de atribuciones que esos estudios conceden al completar la fase habilitante, mas parece que tendríamos que hablar de “Escuelas de Arquitectos” y no de Escuelas de Arquitectura. (2)
Algo tendría de cambiar: o las denominaciones de las facultades, o las competencias previstas en los planes de estudios o el sistema de concesión de atribuciones profesionales.
O todo.
Si ponemos la atención en el “sistema” profesional lo que vemos son los colegios profesionales y con ellos a los profesionales que sufren, sufrimos, un desajuste de sistema prolongado, de ya casi treinta años, seis lustros.
Desde el catacrack de la ley de la competencia de 1995 y por las consecuencias que tuvo en el sistema colegial (3) la deriva corporativa ha llevado, en apariencia, a la plácida ensenada de la defensa y difusión de los valores globales, sociales y de solidaridad ecoambienal de la arquitectura –todas ellas cuestiones indiscutibles y urgentes, pero… ¿de ámbito colegial?– antes que al vertiginoso arrecife colegial de los valores profesionales y personales de arquitectos. (4)
Hasta apenas unas semanas atrás, para personas no atentas al detalle, tal parecieran “Colegios de Arquitectura” los Colegios Oficiales de Arquitectos en perfecta simetría con las Escuelas Técnicas Superiores del Arquitectura que a su vez se reciben, por la ciudadanía, como “Escuelas de Arquitectos”.
Mundo al revés. ¿Seremos murciélagos?
En mi opinión, para las personas arquitectos, una consecuencia dramática de la transformación del ámbito profesional ha sido presenciar cómo las antiguas entidades corporativas orientadas a los servicios de seguridad profesional, pensiones y salud personal han derivado a empresas de mercado, ajenas a lo corporativo, en mutaciones obligadas o forzadas desde mecánicas asamblearias de difícil digestión. Y la consecuencia: conduciendo al error letal que es la confusión entre las nociones de “servicio” y “producto”.
Confusión nada inocua, profunda, del sentido de términos que son excluyentes: o una cosa u otra, conmigo o contra mi. Muy bizarro todo, si.
Los colegios mantienen vivo el esfuerzo en dar servicio a los colegiados. Lo hacen a pesar de ir contra corriente al cruel sistema vigente y muchas veces con la incomprensión e incluso el enfado, que se ha de aceptar, digerir y tramitar, de colegiados con problemas a, b, c, d…
Los colegios siguen siendo los colegiados, gestionados por los propios colegiados. Eso es real… ¡aunque complicado!
Es actualmente complicado, a contra corriente, porque la persona colegiada no es un cliente, sino parte de un colectivo que refuerza su actividad profesional con el amparo, los recursos comunes, el servicio del grupo colegial.
Entendida la diferenciación entre producto y servicio vemos que la noción de servicio ha pasado a mejor vida en cuestiones como las del sistema de pensiones de los trabajadores autónomos mutualistas, los “alternativos”, que es lo que somos la mayoría de los arquitectos que peinan canas pero también arquitectos jóvenes. Sistema de pensiones, el alternativo, que se confía vigilado por los agentes públicos que cuidan la coherencia y transparencia de sus fórmulas así como el respeto de los derechos constitucionales y, como no puede ser de otro modo, el cumplimiento leal de lo normativo legal.
El antiguo servicio de pensiones de jubilación de la “HNA” ha derivado en una combinación de productos financieros y de seguros del actual “Grupo hna”. No es asunto mejor ni peor, de buenos ni de malos, habrá quien es favorable a la cultura de servicio y habrá quien lo sea a la de producto, incluso quienes “depende”, pero la vida sigue igual. Como tantas cosas esa evolución, forzada por circunstancias y también por ley, de la que fue “Hermandad” puede ser vista en blanco o en negro, claro que si. Simplemente: Es lo que hay.
Los productos de pensiones de jubilación que compramos los arquitectos, aparejadores y químicos mutualistas al ahora Grupo hna, nuestra mutua, son productos obligatorios para poder ejercer profesionalmente, “alternativos” al sistema público del RETA. Los productos de salud de la mutua fueron también obligatorios hasta 2012. Desde entonces cualquier arquitecto en ejercicio profesional, mutualista o no, tiene acceso gratuito al servicio de salud de la Seguridad Social.
Otras personas -arquitectos o no, da igual- compran de manera “complementaria” los productos de planes de pensiones, de salud, de seguros o de inversiones financieras, tal y como es posible hacer con cualquier entidqd bancaria y/o de seguros.
Llegados aquí, ha tenido que ser el cambio de legislación reciente en el régimen público de autónomos lo que ha disparado nuevos requisitos que han dejado a la vista la necesidad de actualizar por la vía rápida el régimen, las fórmulas, los productos, en la parte privada, “alternativa”.
Se han aplicado actualizaciones que han obligado a las mutuas a facilitar no solo publicidad sino también informacion de contexto y desglose de productos contratados a las personas mutualistas con lo que se éstas han dado cuenta de que las pensiones que esperaban recibir… eran una completa quimera, un sueño, un castillo en el aire. Han viso que sus cuotas para pensión non solo eran para pensión sino que cubrían también otros productos como seguros de vida. Algunos tenían la mosca tras la oreja… pero lo fueron dejando para mas adelante, otros lo supieron y salieron del sistema “alternativo” cuando fue posible, la mayoría… no ha sido hasta muy recientemente que haya tomado consciencia de la situación real y de las consecuencias para su propio futuro personal. La mayoría, en suma, confiaba en estar cumpliendo lo previsto por el sistema y se ha ido dedicando a cumplir con sus labores como arquitectos y contribuciones como ciudadanos.
Se constata que ha sido temerario haber dejado que ese mercado -de pensiones y salud- se haya administrado por los agentes de comercio, las mutuas, a su aire, modificando compromisos, criterios, productos y obligatoriedades en asambleas en las que miles de votos de mutualistas van a parar a delegaciones automáticas en “compromisarios”. Compromisarios que son personas de las que no es posible saber su nombre o datos de contacto si se solicitan a la mutua pero de las que sí se sabe que en algunos casos significativos ni tan siquiera son colegiados ni arquitectos sino que son empleados de la mutua que, a su vez, han optado por ser clientes de productos de la propia mutua. El sistema lo permite.
Es legal. ¿Pero es… elegante? y ¿Es favorable a los mutualistas arquitectos o a qué?
Objetivo fundamental de mercado es el beneficio y la supervivencia de los agentes de comercio, empresarios, empresas, inversores, fondos… Supervivencia y beneficio que, a su vez, bien y honestamente administrados, pueden ser satisfactorios tanto para los trabajadores como para los inversores de los agentes comerciales, como para la clientela correspondiente.
Supervivencia y beneficio en el límite de la pulcritud que ha de impedir el perjuicio de los trabajadores y de los clientes, las personas atendidas.
Límite de pulcritud que de ser traspasado, legalmente o no, trae consecuencias.
Consecuencias que, para el caso de los errores de sistema que nos ocupan, declara el partido que sustenta el gobierno español, el PSOE, en las argumentaciones incluidas en la propuesta de su grupo parlamentario para una nueva “ley pasarela” como que “en algunos casos las prestaciones causadas por los profesionales colegiados acogidos a estas mutualidades hayan quedado muy por debajo del nivel de cobertura que estos esperaban y, en ocasiones, por debajo del importe que habrían obtenido de haber estado encuadrados en el Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos.” (5)
La asociación nacional de mutualistas arquitectos, ANMARQ, publicó ayer, 31 de diciembre, un primer borrador de enmiendas a la propuesta de ley. Aporta matices necesarios para garantizar un completo ajuste constitucional de la futura ley, su universalidad (aplicable a sujetos activos y también pasivos -jubilados, viudos/as, huérfanos/as-) y su opcionalidad (para quienes actualmente son mutualistas y quieran o no pasar al sistema público). Una propuesta de enmiendas que esboza un mínimo común denominador para todos los profesionales a quienes afectará la ley, dirigida al CSCAE en su labor como representante institucional de los arquitectos españoles, a las asociaciones y colectivos profesionales de aparejadores, químicos, abogados, procuradores, igualmente afectados. La propuesta de enmiendas toma como referencias tanto la propuesta ANMARQ original (anmarq.com) como los ocho puntos que expuso la asamblea del CSCAE a finales de noviembre en su declaración favorable a la pasarela al RETA (6), o las trazas comunes de agrupaciones sociales de la abogacía como PLATAFORMA.
Lo que está ocurriendo es del todo inusual, movilización social, unanimidad institucional… son síntomas y consecuencias de la urgencia para miles de profesionales en la solución de un colosal error de sistema.
Los sistemas, cualquiera de ellos cuando atañe a derechos fundamentales, no soportan parches por mucho tiempo siendo siempre substituidos por nuevos sistemas acordes al eternamente mutante tiempo presente.
Y si no… que se lo pregunten a los informáticos, o a cualquier persona usuaria de dispositivos informáticos.
Cuentan sobre dos parejas de programadores informáticos que iniciaban sus vacaciones en coche compartido. Estaban preparadas, sentadas dos delante, sentados dos detrás, para salir de viaje. Pero el coche no arrancaba. No había manera, nada.
Alguien propuso “¿y si salimos y volvemos a entrar?”.
Ton Salvadó, desconozco su fuente, comentó en una de sus charlas una frase rotunda: “no se inventó la electricidad mejorando la vela”. Una frase que vindica la opción de renunciar a lo sabido y acostumbrado, a prejuicios consolidados, cuando se plantean necesidades o situaciones que desbordan lo conocido, cuando lo que hay… ya no da mas de sí.
Vienen al caso ambas ocurrencias en una encrucijada de campante “error de sistema(s)” de la que hay que huir porque no sirve “salir para volver a entrar”, porque la formación como arquitectos pudiese incluir las prácticas oficiales y remuneradas de otras profesiones, porque ¿Por qué ha de ser tan extrañamente incompatible ser catedráticos arquitectos y ejercer la profesión libremente?, porque quizás se ha extinguido el tiempo de la combustión de mutualistas y la energía motriz del tiempo pensionista haya de ser otra, ojalá constitucional, universal y opcional
Con los mejores deseos del equipo y CEI SCALAE para un 2025 espléndido…
Pasarela al RETA ya.
Félix Arranz
Arquitecto y editor de SCALAE
(1) Otras formaciones y profesiones, como la medicina y los médicos, han sabido sortear y evitar este frustrante y doloroso “error de sistema”.
Debiera ser criterio igual en las profesiones legalmente reconocidas, pero no lo es. Medicina y médicos han sabido compatibilizar profesión, labor profesional, labor investigadora y labor docente de manera notable, real.
Lo consiguen en un sistema en el que además de la versatilidad del profesorado, autorizado al desempeño tanto académico como profesional, en cualquiera de sus figuras docentes, serán las prácticas (MIR), remuneradas, las que terminen por determinar la atribución de responsabilidad oficial de cada persona titulada como médico con especialización. Algo parecido ocurre en las facultades de Náutica en la formación de Oficiales de puente o de máquinas de la marina mercante, también con el respaldo de prácticas obligatorias, igualmente remuneradas, como manera de asumir rango, atribuciones y responsabilidades oficiales.
(2) Cada vez mas cercanas a lo que cabría denominar Escuelas de “delineantes proyectistas”, profesión desaparecida y substituida por personas tituladas en el grado de arquitectura o incluso con atribuciones profesionales obtenidas con el Master habilitante.
(3) Cambios radicales que supuso el impacto de esa ley han sido cómo los proyectos se tramitan desde entonces (encargo, gestión, cobro de honorarios baremados…), o cómo los reglamentos colegiales dejaron de tener fuerza en la protección de los profesionales.
(4) Aparente, debo remarcar, porque la realidad es compleja y va por barrios. De hecho los movimientos recientes de colegios y del CSCAE también evidencian una llamada a la prioridad y al tablero de reivindicaciones de cuestiones comunes a TODOS los arquitectos como son los sistemas de pensiones y salud, los sistemas públicos y privados de concursosy el sistema/baremo/loqueseaoportunodenominar de honorarios.
(5) PROPOSICIÓN DE LEY DE MODIFICACIÓN DEL REAL DECRETO LEGISLATIVO 8/2015, DE 30 DE OCTUBRE, POR EL QUE SE APRUEBA EL TEXTO REFUNDIDO DE LA LEY GENERAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN RELACIÓN CON LAS MUTUALIDADES ALTERNATIVAS REGULADAS EN SUS DISPOSICIONES ADICIONALES 18a Y 19a
(6) Declaración de la Asamblea del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) sorbe la problemática de los derechos pasivos de los arquitectos colegiados en el contexto actual. (ver editorial SCALAE del 1 de diciembre de 2024)
Ilustración: pantallas informáticas de los sistemas operativos Apple Macintosh y MS Windows informando al usuario de errores de sistema
Editorial publicado en el boletín SCALAE de 1 de enero de 2025 [ver el boletín]