Nacido en El Escorial, Juan Herreros cuenta en esta conversación como a los 16 años llegó a un Madrid tomado por la Movida para estudiar arquitectura. Interesado por la literatura sajona desde joven, viajó regularmente a Londres y a Nueva York desde una temprana edad. Pronto empezaron sus contactos con IAUS (Institute for Architecture and Urban Studies), donde ahora ejerce como profesor.
Juan Herreros argumenta que quiere hacer una arquitectura que sea como un organismo vivo: precisa como el funcionamiento de un riñón, pero imperfecta. No le interesa la idea del arquitecto solitario que en su estudio lucha contra el mundo, sino que quiere arremangarse, ponerse manos a la obra y participar de la transformación de la ciudad. Quizás por esto y por su interés por el arte, aceptó el encargo de ARCO, donde su arquitectura pudo someterse, con éxito, a la crítica de un medio ajeno.