Los arquitectos Mansilla y Tuñón presentaron en 2006 una primera versión del proyecto en la que se proponía una fachada de nueva planta para el edificio, lo que provocó una fuerte oposición ciudadana que se organizó en una plataforma en defensa de la ciudad monumental de Cáceres. Esta presión, junto al dictamen desfavorable de la Comisión de Seguimiento del Plan Especial de Protección del Casco Histórico, culminó con la decisión del ayuntamiento de denegar el permiso municipal para ese proyecto.
Sin embargo, los arquitectos y promotores decidieron no abandonar este proyecto y proponer en 2007 una segunda solución que respetase la protección ambiental, que afecta a fachadas, alturas y texturas. Este nuevo proyecto se sometió a un sistema de participación ciudadana que permitió a los arquitectos consensuar la propuesta con los representantes ciudadanos, políticos y representantes universitarios de la ciudad. Como se puede leer en la prensa local de esos días, estos nuevos actores sociales incluidos así en el proyecto, recibieron con entusiasmo y agradecimiento la iniciativa y la propuesta presentada, además de alabar la apuesta de los promotores por el centro de Cáceres y el "gesto" de los arquitectos.
La prensa especializada en restauración ha publicado numerosas reseñas sobre este lujoso hotel, que es el primer alojamiento de cinco estrellas de la Ciudad Monumental de Cáceres. Además del conocido restaurante Atrio de la capital cacereña, cuenta con nueve habitaciones y cinco suites, salas de reuniones y dos pequeñas piscinas con vistas al centro histórico de la ciudad.
En una de las descripciones más interesantes que hemos encontrado (en hoy.es) se destaca la serenidad que trasnmite el ambiente del hotel gracias a "las paredes de láminas de roble lacadas en blanco, el suelo de granito negro, las escaleras de mármol impoluto, los detalles en caoba y haya, las líneas verticales blancas que trazan los pilares en oposición a las verticales negras del techo, las grades ventanas, la luz que entra por el patio…"
Los promotores de este lujoso hotel Relais & Chateaux son Toño Pérez y José Polo, propietarios del Restaurante Atrio, que actualmente está ubicado en la avenida de España. Este famoso restaurante, además de tener dos estrellas Michelín, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Gastronomía en 1995.
Tras la reciente inauguración de la Fundación Helga de Alvear en el antiguo caserón de la calle Pizarro, los arquitectos Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla concluyen con este hotel su segundo edificio en el centro histórico de Cáceres en pocos meses.
Desde el estudio de Mansilla+Tuñón nos han facilitado las fotografías de Luis Asín que acompañan la noticia, una memoria del proyecto y han contestado al cuestionario Scalae.
Memoria del proyecto:
Dentro del recinto histórico de la ciudad, el conjunto sobre el que se construyó el futuro edificio estaba formado por dos construcciones de muy diverso carácter. La primera construcción es un edificio longitudinal, de tres plantas, que discurre a lo largo de la Calle de los Condes y que, a lo largo de su historia, ha sufrido múltiples, y muy desafortunadas, intervenciones. El segundo edificio, de dos plantas y altana, se trata de una vivienda nueva construida como un “falso histórico” a principios de los años ochenta en la Plaza de San Mateo.
La nueva edificación que se ha construido alberga dos actividades que se complementan: la nueva sede del restaurante Atrio, y un hotel con catorce habitaciones. En la planta baja se sitúa la recepción del hotel, el restaurante y su correspondiente cocina. En las dos alturas superiores se despliega el conjunto de las habitaciones. La circulación, en estas plantas, gira alrededor de un pequeño patio que da una escala del conjunto y vincula la planta a aquellas tradicionales que se suceden en la ciudad histórica. Sobre la primera planta se ubica una discreta zona lúdica interior, abierta al jardín posterior, con dos pequeñas piscinas en la parte posterior. A la Plaza de San Mateo se abre una pequeña terraza desde donde se puede disfrutar de las vistas lejanas del casco histórico de Cáceres y sus campos. Entre estas dos áreas diferenciadas se construye una pérgola de madera, un elemento mueble, cuyo objetivo es dulcificar el entorno de la Plaza de San Mateo, al introducir la presencia verde de las plantas trepadoras.
Para terminar sólo decir que el nuevo hotel Relais-Châteaux y restaurante Atrio en la Plaza de San Mateo de Cáceres trata de pensar la ciudad desde los presupuestos que la hicieron posible, y trata de imaginar cómo ello puede ser llevado a cabo en nuestra época. De este modo, la nueva construcción es una propuesta respetuosa con el carácter del lugar donde se instala, cuyo objetivo es convivir con este entorno con dignidad, tradición y contemporaneidad.
Cuestionario Scalae:
1. Principios: ¿Qué cuestiones del proyecto inicial fueron modificadas por las presiones ciudadanas?
Fundamentalmente en el segundo proyecto se renunció a la construcción de una fachada de nueva planta, conserv
ándose la totalidad de las fachadas existentes. Sobre estas fachadas existentes se procedió a tapiar todos los huecos abriendo nuevos huecos cauterizados con grandes marcos de las ventanas formados por dinteles jambas y vierteaguas de granito de la zona. Al interior se construyó una arquitectura de nueva planta organizada de acuerdo a un conjunto de planos quebrados formados por multitud de esbeltos pilares de hormigón blanco. De este modo la nueva edificación se comporta como un cangrejo ermitaño que se introduce dentro de una caracola ya sin vida, que son los restos existentes de las dos antiguas edificaciones.
2. Proceso: ¿Cómo se desarrolló la evolución desde esa primera propuesta hasta el proyecto definitivo?
Hay que entender que los dos edificios existentes originalmente no tenían mucho interés, pues uno era un edificio auxiliar (antiguas cuadras y gallineros) que había sufrido muy numerosas, y muy poco acertadas, transformaciones y adiciones en el pasado reciente, mientras que el otro era una vivienda de nueva planta construida en los ochenta.
Por otra parte, desde el punto de vista del Plan Especial de Rehabilitación y Revitalización del Centro Histórico de Cáceres la protección que estos dos edificios tenían era sólo de carácter ambiental, por lo que sólo había que conservar altura, volumen y texturas.
A partir de la presentación del primer proyecto y la ya conocida crítica de la ciudadanía, se establecieron un sistema de participación ciudadana por medio de conversaciones personalizada con activistas, con las administraciones, tanto Ayuntamiento como Junta de Extremadura, con la comisión de Patrimonio y seguimiento del Plan Especial, con el vicepresidente del ICOMOS , con diversos catedráticos de la universidad de Extremadura y con otros agentes culturales extremeños, para consensuar una propuesta más ajustada que es con la que se solicitó licencia. Como consecuencia de este proceso de participación ciudadana se llegó a una solución consensuada que se desarrolló desde el punto de vista técnico y se solicitó licencia. Este proyecto consensuado fue aprobado por parte del Ayuntamiento y la Junta de Extremadura, se le concedió licencia de obra y licencia de apertura y finalmente se construyó dentro de la más estricta legalidad.
3. Resultado: ¿Cuáles son vuestras percepciones de la obra acabada en relación con el primer proyecto?
Nos parece que este segundo proyecto consensuado es sin duda mucho mejor, mucho más equilibrado y mucho más discreto, no sólo desde el punto de vista urbanístico, o del casco histórico, sino también arquitectónico. Es un tipo de arquitectura más híbrida y más ambigua, donde la arquitectura actual convive con la arquitectura histórica de una forma más amable…
En ese sentido nosotros pensamos que la participación ciudadana es capaz de mejorar de la arquitectura contemporánea, al hacer confrontar obsesiones públicas con necesidades privadas, y, lo que tal vez sea más productivo, obsesiones privadas con necesidades públicas.
Ciudad: Cáceres
Agentes: Luis Moreno Mansilla
Agentes: Emilio Tuñón
Agentes: Mansilla + Tuñón
Edificios: Hotel Atrio en Cáceres
Autoría de la imagen: Luis Asín