17 de noviembre de 2008


El arquitecto Carlos Ferrater proyecta, por encargo de Enric Masó, el que fuera alcalde de Barcelona, un edificio para el paseo de Gràcia de la ciudad de Barcelona: una ‘Pedrera’ para el siglo XXI.

Ferrater explica, en un artículo publicado por Llatzer Moix en La Vanguardia, que: «…estamos asistiendo al cambio de usos del paseo de Gràcia». Añade además que: «…durante decenios ha sido una avenida bancaria cuya arquitectura, salpicada con unas pocas joyas modernistas, respondía a menudo al patrón monumental y ostentoso del franquismo. Ahora los bancos van siendo sustituidos por comercios de grandes marcas, bares y viviendas de gama alta. ¿Vienen acompañados estos nuevos usos por una arquitectura acorde con nuestros tiempos? No. Y quizás fuera oportuno ir definiendo ya una nueva arquitectura para el paseo de Gràcia, entrado el siglo XXI.»

En el desarrollo del sistema geométrico que da forma a este edificio ubicado concretamente en el número 30 de la céntrica vía barcelonesa, han colaborado los arquitectos Xavier Martí y Juan Trías de Bes. Asimismo Ferrater comenta que: “…para no caer en el formalismo caprichoso, he desarrollado un sistema geométrico complejo, que tiene su expresión formal, como medio de aproximación al paisaje y a la forma urbana». Dicho sistema intenta entroncar con la herencia cultural del lugar y guarda relación con las superficies regladas de Gaudí, buscando, de esta forma, el movimiento y la curva a partir de una determinada ordenación de las líneas rectas disponiéndolas de tal modo que acaben formando superficies ondulantes. «Para mí la arquitectura no es algo epidérmico, sino tectónico, requiere una lógica constructiva, que creo haber concretado en el desarrollo de una base geométrica», explica el arquitecto.

Ferrater empezó a investigar los recursos geométricos como forma de organización paisajística y arquitectónica en el Jardín Botánico. Allí apoyó la ordenación del territorio en la teoría de los fractales. Luego desarrolló sus estudios en el vestíbulo del hotel Juan Carlos I, y también en el proyecto del futuro paseo marítimo para la localidad de Benidorm. «…al actuar sobre el paisaje, este sistema me proporciona una base instrumental; al hacerlo sobre la arquitectura, me sirve como método organizativo. Estoy embarcado en un proceso constructivo que observa unas constantes, pero que genera obras distintas, singulares. Confío en redondear la teoría a través de la práctica. Obrar de modo opuesto sería arriesgarse a caer en lo dogmático».

En el caso de la futura casa Masó esta teoría se traducirá en una fachada dramática, caracterizada por un peculiar ritmo de ventanales, basado en el antes mencionado desarrollo geométrico que logra una sensación de movimiento y sinuosidad. Tras su fachada, el edificio incluirá en planta baja un patio interior con galerías de uso público; viviendas de entre 160 y 200 metros cuadrados, a cuatro por planta, en sus distintos pisos; y, probablemente, un equipamiento tecnológico de última generación, relacionado con las iniciativas aeronáuticas de Masó, en su nivel superior.

Refs.

Periódico La Vanguardia: [www.lavanguardia.es]

Fuente: Centro de Enlace AE BCN