«Arquitectura: lo común». Relato del día 2

 [Jaume Prat]

     La eficiencia y el placer. Antonio Cruz por Dietmar Eberle (ausente por temas personales, cosa que obligó a otro de los muchos cambios a los que la organización se ha visto forzada a lo largo de todo el congreso), Roger Diener, Vasa Perovic, Manuel Aires Mateus.

     Antonio Cruz ejerció en su charla de arquitecto centroeuropeo, toreando la circunstancia con profesionalidad. Roger Diener es un gran arquitecto, pero lo que dijo no conectó ni con los temas del congreso ni con el auditorio, pronunciando una ponencia farragosa que no ayudó a entender sus proyectos. Mesa redonda, pausa, y una tarde dedicada al placer. Aires Mateus, presentado por José María Fidalgo, mostró sus últimos proyectos desde esta perspectiva, residencias hedonistas de una arquitectura fina, precisa, refinada. La mesa redonda se ubicó, por problemas logísticos, entre su ponencia y la de Vasa Perovic. Los dos arquitectos, mas José María Fidalgo, moderados por Juli Capella, debatieron el placer.

     Fidalgo, en una intervención brillante, habló de la condición entrópica de la condición humana. La tensión que produce la belleza y la arquitectura por extensión produce entalpía. Ergo la belleza cohesiona la tribu. Cohesiona y reconstruye la naturaleza humana, ahora deshumanizada progresivamente. Su discurso terminó con un alegato a los jóvenes: a través del mito del reclutamiento de Aquiles, que vivía sobreprotegido en un gineceo a causa de su miedo a una muerte cierta (de la que, por su omnisciencia, conocía el dónde y cuando) hasta que Odiseo lo recluta con un llamamiento a la responsabilidad: sin él la guerra no se gana. “En esta guerra no hay suplentes. Vosotros sois los jefes. Sin vosotros, esta guerra no se gana” (sic)

     Aires Mateus y Perovic debatieron, a posteriori, la responsabilidad de la belleza, productora de placer para terceras personas que no tienen ocasión de expresar sus deseos. La ética como estética de la madurez, los ritos de paso, la relación de la profesión con la vida la condición de líder del arquitecto, como creador de mirada, reconocedor de la ignorancia, la mirada profunda a la belleza y el placer cerraron la mesa. Luego Vasa Perovic mostró sus proyectos. Así pudimos desplazarnos a una recepción que sirvió para conocernos y reconocernos a unos cuantos, que terminó con medio congreso desperdigado por Pamplona cerrando (y, en ocasiones, abriendo) bares.